“Las investigaciones nos permiten vislumbrar el abismo de una amenaza terrorista procedente del entorno de los Reichsbürger”: con esas palabras, la ministra de Interior alemana, Nancy Faeser, advirtió sobre las intenciones de este movimiento. Según la socialdemócrata, se trataría de asociaciones impulsadas “por fantasías de derrocamiento violento e ideologías conspirativas”.

No solo desde el Ejecutivo apuntan contra tal grupo: la Fiscalía alemana ya detuvo a algunos de ellos que estarían planeando un golpe de Estado. Se trata de los Reichsbürger, “Ciudadanos del Reich”, haciendo referencia al Estado alemán anterior a 1945: los integrantes de estos movimientos rechazan la Alemania post-1945, haciendo un esfuerzo conjunto para establecer sociedades paralelas, e infiltrarse ya en colegios, clubs y oficinas públicas.

Este último tiempo, autoridades alemanas han notado una “compra estratégica” de tierras rurales a lo largo y ancho de Alemania, que tienen el interés de crear comunidades independientes de Berlín, según indican las agencias de inteligencia y los ministerios. Un pedido reciente de información, llevado acabo por la diputada izquierdista Martina Renner de Die Linke, indicó al diario The Guardian que ya se trataría de 40 propiedades compradas por organizaciones extremistas en los últimos dos años.

Operativo contra grupos de extrema derecha en Essen. Foto: AP.

Este número muestra una aceleración de algo que ya se observaba desde más de una década: propiedades en general difíciles de vender, como granjas y casas, que son compradas por grupos de derecha con funciones varias, “desde espacios habitables hasta casas de parto, pabellones deportivos y lugares para fiestas”, según indica The Guardian.

“Las propiedades tienen menos interés para el Reichsbürger y la extrema derecha como inversión; más bien se utilizan para establecer sociedades paralelas y crear espacios de miedo para todos aquellos que no comparten su visión del mundo”, indicó al periódico la diputada Renner.

Entre las organizaciones más conocidas está el Königreich Deutschland o KRD (Reino de Alemania), un grupo fundado en 2012, con una moneda propia y una Constitución, y que estaría persiguiendo sus ansias expansionistas comprando aquello a lo que se refieren como “territorio nacional”.

En general, para este y otros grupos, las autoridades alemanas usan el término Reichsbürger, que engloba todas las agrupaciones de extrema derecha que rechazan a la República Federal de Alemania, y que se plantean terminar con ella.

Similar a una secta, el KRD fue fundado en 2012 por Fiztek, un ex cocinero y profesor de kárate, en los terrenos de un antiguo hospital en Wittenberg, Sajonia. Fitzek se hizo coronar y nombrar como “Pedro I”, en una ceremonia completa con cetro, orbe, toga y corona.

Él y sus seguidores, que se estiman entre 2 mil y 5 mil, rechazan abiertamente el Estado alemán moderno y sueñan con apoderarse de él y reemplazarlo con su propio reino. Para ello, el KRD ya expide sus propios pasaportes y tiene su propia moneda, el Engelgeld (dinero ángel), y su propio banco.

Operativo contra grupos de extrema derecha en Alemania. Foto: AP.

Desde la BfV (Oficina Federal para la Protección de la Constitución, en sus siglas alemanas), aseguran que el KRD ha venido siendo observado por sus “ambiciones de expansión antidemocráticas” en Rutenberg desde 2022. Así mismo, alarman sobre sus planes de comprar más propiedades y traer gente afín a su causa para mudarse al lugar.

También mencionaron a The Guardian sobre fuertes conexiones con el movimiento Anastasia, una organización new age, similar a una secta y con inclinaciones antisemitas. Anastasia comenzó en Rusia a finales de los años 1990 y se ha ido extendiendo a otros lugares.

El BfV dice que similares apropiaciones de tierras “Völkisch” (folkistas o etnonacionalistas) están ocurriendo en otras partes de Alemania, a menudo en áreas abandonadas y pueblos abandonados donde la vida transcurre en gran medida sin ser observada. El confinamiento por la pandemia sólo sirvió para facilitar la llegada silenciosa del grupo a algunas zonas.

En octubre, cinco extremistas de una de estas agrupaciones fueron detenidos, bajo la sospecha de estar implicados en una trama de golpe de Estado. La historia, destapada en 2022, tenía como plan secuestrar al ministro de Salud, Karl Lauterbach. Ya en noviembre 2021, la asociación había celebrado reuniones secretas, con ejercicios de tiro, y elaborando planes golpistas.

La detención de octubre fue realizada por la Fiscalía General de Coblenza, y incluyó a un hombre de 52 años y una mujer de 32, a quienes se acusó de apoyar e integrar un grupo terrorista. “Respaldaban a una organización que tenía como objetivo derrocar el orden constitucional en Alemania y sustituirlo por un gobierno autoritario inspirado en el Reich de 1871″, indica DW al respecto.

El hombre de 52 años era sospechoso de fungir como encargado de inspeccionar redes de alta tensión, en miras a preparar un apagón para el día del golpe que planeaban. En tanto, la mujer gestionaba los grupos de mensajería de la organización, además de haber elaborado un manual para la fabricación de explosivos.

En diciembre de 2022, había sido detenido como parte de este plan Heinrich XIII, un descendiente de la familia real de Thuring. A causa de sus visiones y simpatías con los Reichsbürger, su misma familia, la casa real Reuss, había tomado distancia de él.