Varios candidatos parlamentarios libios convocaron a protestas nacionales por la cancelación de las elecciones del viernes, un golpe a las esperanzas de poner fin al caos que ha agobiado al país norafricano.
Si bien no queda claro si los libios acudirán al llamado, la convocatoria podría entorpecer la frágil estabilidad en este país petrolero, dividido entre un sector oriental y uno occidental y que se ha convertido en campo de batalla entre diversas milicias apoyadas por distintas potencias extranjeras.
La comisión electoral libia propuso el 24 de enero como fecha de unas nuevas elecciones presidenciales, las cuales iban a ser sucedidas por elecciones parlamentarias el 15 de febrero. Las diversas facciones del país no han logrado ponerse de acuerdo sobre las fechas de los nuevos comicios.
“No sean pasivos. Vayan a las calles y expresen su opinión. Oblíguenlos a respetar su voluntad”, escribió en su página de Facebook AlSalhen AlNihoom, candidato parlamentario por Bengasi, una ciudad del este del país.
Varios candidatos parlamentarios han circulado un afiche convocando a protestas en lo que llaman “Viernes de Salvación”. El afiche enumera sus demandas, principalmente la fijación del 24 de enero como fecha máxima para nuevas elecciones.
Días atrás, unos 50 candidatos parlamentarios denunciaron la cancelación de las elecciones, insistiendo en un comunicado conjunto que la comisión debe fijar otra fecha para los comicios. La declaración llama a los libios a tomar las calles y defender su “derecho a tener un país seguro, estable y soberano”.
Durante casi un año, los planes de las elecciones han sido el pilar de las gestiones internacionales para llevar la paz a Libia.
Pero varias figuras políticas — entre ellas el hijo del derrocado dictador Moamar Gadafi — declararon su candidatura pese a una prohibición oficial, y la comisión nunca publicó una lista de candidatos aprobados.
Varios observadores habían advertido que cualquiera de las posibilidades — realizar las elecciones a tiempo o postergarlas — hubiera sido un revés desestabilizador.