Hace unos meses ya lo venía notando el Presidente Rodrigo Chaves: “El tema de los homicidios se nos está yendo de las manos. Se está pareciendo a algo que no se parece a Costa Rica”. En una reunión con los presidentes de los otros poderes del Estado, el mandatario compartía su preocupación y sorpresa por la creciente violencia en el país más seguro de la región.

Frente a los diputados, el entonces director de la policía Wálter Espinoza señaló: “Hemos visto quemados, decapitados, personas a las que les han sacado los ojos en vida y luego son asesinados. El país tiene un problema”. La reunión no se trató solo de homicidios, sino de una creciente violencia.

El Presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, durante el traspaso del mando, en mayo pasado. Foto: Reuters

Una serie de homicidios de alta connotación social impactaron a la opinión pública costarricense durante este año: el asesinato de un joven de 19 años en el centro de San José, la desaparición y encuentro de otro cuerpo en la misma ciudad, y los robos violentos que terminan con la muerte de la víctima preocupan cada vez más a los “ticos”, el gentilicio coloquial sinónimo de costarricense.

En entrevista con CNN, el viceministro de Seguridad Pública, Daniel Calderón, comentó que la violencia de este 2022 no se veía desde los años 90, cuando en San José rondaba la banda de “Los Chapulines”. Las autoridades señalan que la mayoría de los asesinatos en Costa Rica ocurren por ajustes de cuentas, el narcotráfico y lucha entre grupos criminales.

Los números apuntan a un aumento en estos crímenes: este martes, el subdirector del Organismo de Investigación Judicial, Michael Soto, confirmó que ya se acumulaban 606 homicidios a lo largo de 2022. Con eso, ya se superó el récord de 2017, cuando hubo 203 asesinatos.

Las proyecciones de la entidad indican que el año terminaría con entre 625 y 630 homicidios. Para comparar, Chile llevaba en noviembre 710 asesinatos, pero con una población casi cuatro veces mayor a la de Costa Rica (5,2 millones habitantes). La tasa de homicidios en el país centroamericano llega así a los 12 por cada 100 mil habitantes.

Vista de San José, en Costa Rica.

A pesar de todo esto, Costa Rica sigue siendo el país más pacífico de la región, llegando al lugar 38 de 183 en el Índice de la Paz 2022, del Instituto para la Economía y la Paz. En ese mismo ranking, Chile ocupa el lugar 55 y Uruguay, el 46, siendo las tres las naciones más seguras de Latinoamérica.

A pesar de la buena puntuación costarricense, el informe reconoce que las cosas empeoran en la nación de la “pura vida”. “Costa Rica registró un deterioro de la paz en el último año debido al aumento de las manifestaciones violentas, la importación de armas, el aumento de los delitos violentos y la inestabilidad política. A pesar de estos deterioros, Costa Rica todavía tiene un muy buen puntaje en los dominios de Militarización y Conflictos, con progresos en el primero debido a una mejora en la puntualidad de su financiación de las Fuerzas de Paz de la ONU”, considera el organismo.

En general, considerando la guerra en Ucrania y la situación en distintas partes del globo, el planeta entero está menos seguro, señala el informe: “Los resultados de este año muestran que el promedio total de ‘paz’ se deterioró, en general, un 0,3%. Aun siendo una baja ligera, esta es la undécima caída en los últimos 14 años, con 90 países que han mejorado, 71 que han empeorado y solo dos que se mantienen estables. Con eso, se resalta el hecho de que los países tienden a empeorar mucho más rápido de lo que mejoran”.

Para obtener estos resultados, el Índice de la Paz mide 23 variables, entre las cuales están el nivel de seguridad de la ciudadanía, la militarización, la protección social y la presencia de conflictos domésticos o internacionales.

Parque Central de San José. Foto: AP

Según cifras de la policía costarricense, el 77% de los homicidios ocurridos este año se concentra en cuatro de las siete provincias que componen el territorio: la capital San José, Limón, Alajuela y Puntarenas. En Alajuela, apunta el diario La Nación, este aumento se relaciona con “los crecientes casos de muertes entre reos del complejo La Reforma”, que en el mes pasado sumaban 10. Más de la mitad de los asesinatos, apuntan las autoridades, corresponde a ajustes de cuentas y venganzas, y más de 400 han sido con armas de fuego.

Por esto mismo, los costarricenses se sienten cada vez menos seguros, y en particular las mujeres del país. Si en general un 65% considera el país “poco o nada seguro”, el 72% de las costarricenses manifiesta esta opinión, según una encuesta publicada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Asimismo, el 44% del total de los encuestados aseguró que considera “alta o muy alta” la posibilidad de ser atacado con arma fuera de su casa.

Sin embargo, la misma encuesta señala que no es la inseguridad el principal problema del país, según los “ticos”. Su prioridad sería la situación económica, en un contexto donde el 23% de los costarricenses vive en pobreza, luego el asunto del costo de la vida, y en tercer lugar el desempleo, que afecta a un 12% de los habitantes del país. Recién en cuarto lugar aparece la inseguridad como problema país, según la encuesta.