“¡Vizcarra, basta de mentiras!”. Con esos cánticos, trabajadores de la salud y familiares de enfermos protestaron en las afueras del centro médico Honorio Delgado en Arequipa el domingo donde el Mandatario peruano, Martín Vizcarra llegó para inaugurar un hospital de campaña para pacientes con Covid-19, pero ante la oposición de las personas, la comitiva presidencial debió retirarse del lugar ante acusaciones de mal manejo en la crisis sanitaria.

Perú tiene 357.681 contagios y 13.384 muertes por el virus. Una de las zonas más críticas por la pandemia es Arequipa, que sigue en cuarentena total dado los altos niveles de positividad y región en la que “ni las cifras oficiales calzan”.

El Ministerio de Salud reportó 10.476 casos y 570 fallecidos, pero la Gerencia Regional de Salud señaló que serían 32.942 contagiados y 735 decesos.

Es que desde hace más de tres meses la región del sur intenta controlar el virus, pero desde mediados de junio la enfermedad “se desbordó”.

Según el diario El Comercio, desde el 15 de junio había 500 infectados diarios, pero desde el 8 de julio llegó a mil nuevos casos en 24 horas. Lo mismo ocurrió con las muertes, que pasaron de un promedio de 10 diarias hasta un peak de 33 en 24 horas.

El Colegio Médico de Arequipa alertó sobre la falta de personal, insumos y camas. “Los pacientes están en carpas con frío, sin oxígeno, faltan médicos y medicina. El sábado ni siquiera había agua en todo el hospital”, señaló a la prensa Cecilia Capira, arequipeña que persiguió durante cuadras el automóvil de Vizcarra para exigir una mejor atención a su esposo internado.

A esto se suman las tres denuncias ante la fiscalía contra el gobernador regional, Elmer Cáceres, por “ineficiencia en la atención de los casos Covid-19”. Por esto, la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, señaló que durante este miércoles el Ejecutivo decidirá una posible intervención para que sea el gobierno quien asuma el control del sector de salud en la región.