La bola de nieve desatada por el escándalo de las apuestas en Reino Unido sigue creciendo luego de que este domingo los medios locales informaran de un cuarto investigado entre los altos cargos conservadores. Esta vez se trata de Nick Mason, director de datos del Partido Conservador británico, quien se habría tomado una licencia. Y lo hizo tras el creciente número de acusaciones sobre que miembros del gabinete gobernante -bajo el paraguas del primer ministro Rishi Sunak- utilizaron información privilegiada para, previo a que se entregara la fecha oficial de las elecciones nacionales del 4 de julio, apostaran para adivinar el día exacto.
La investigación está bajo el mando de la Comisión del Juego de Reino Unido, ente que recopila información para clarificar si ocurrieron la docena de apuestas que se denuncian, las que tenían ganancias potenciales por miles de libras esterlinas, detalló el diario The Times. La fecha oficial de las elecciones fue celosamente guardada por las autoridades, y más de uno se sorprendió, detalló The Associated Press, pues se esperaba que fueran realizadas recién en el otoño del hemisferio norte.
Junto a Nick Mason, también son parte de la trama dos candidatos conservadores a las elecciones, Laura Saunders y Craig Williams, mientras que el esposo de Saunders y director de campaña de los conservadores, Tony Lee, también se tomó una licencia tras enterarse de que estaba siendo investigado. Por último, está un oficial anónimo de la policía metropolitana -que ya enfrentó medidas disciplinarias, detalló The Guardian- quien figura en el equipo de escoltas de Sunak.
El golpe a los tories, como se conoce coloquialmente a los conservadores británicos, es uno más para la alicaída administración de Sunak, que ha visto cómo, desde principios de año, las encuestas anticipan una dura derrota para su sector. Esto, en un país en que el Partido Conservador ha conservado el poder durante 14 años consecutivos, en desmedro del Partido Laborista.
Sunak dijo estar “increíblemente enfadado” tras enterarse de las acusaciones, consignó la prensa local. Y añadió que cualquiera que haya infringido la ley, debía ser expulsado del partido. Los hechos ocurren a solo dos semanas de las elecciones, lo que añade presión política al caso.