La renuncia del ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, supuso otro duro golpe para la autonomía del presidente Alberto Fernández y un avance de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en un área estratégica del gobierno, lo cual plantea un escenario incierto para lo que resta de su mandato hasta 2023, advirtieron el lunes analistas.

Guzmán, quien acompañaba al mandatario desde que asumió en diciembre de 2019, renunció el sábado ante la falta de respaldo político a su plan para bajar el déficit fiscal y controlar la inflación, que acumula cerca de 30% en lo que va del año. Fue en el cierre de una semana agitada en la que el mercado financiero también le dio la espalda con un fuerte aumento del riesgo país, caída de los títulos argentinos en el exterior y un dólar que se disparó en el mercado de cambios informal.

El ahora exministro era sostenido por el presidente a pesar de los constantes embates públicos de la expresidenta y actual vicepresidenta Fernández de Kirchner contra la política económica del gobierno y el acuerdo alcanzado por el economista con el Fondo Monetario Internacional para refinanciar una deuda de 45.000 millones de dólares.

La dimisión de Guzmán representa una nueva pérdida para el presidente, que ya había sufrido la partida de otros funcionarios de su más estrecha confianza. A la vez, la designación de Silvina Batakis en el ministerio de Economía con el aval de la vicepresidenta sugiere un avance del ala kirchnerista sobre el gobierno.

“Me felicitó, le conté lo que pensaba hacer con el gabinete; ella estuvo de acuerdo”, reveló la flamante ministra en declaraciones al canal C5N. Batakis adelantó que el martes “me comunicaré con los técnicos del FMI para analizar la marcha del acuerdo y ver cómo podemos seguir trabajando”, sin ofrecer mayores precisiones.

En sintonía con la visión económica de la expresidenta, respaldó un impuesto a la renta extraordinaria para las empresas locales favorecidas por la invasión de Rusia a Ucrania que se debate en el Congreso, y se mostró abierta a analizar la implementación de un salario básico universal para los sectores más vulnerables de la población.

Para Rosando Fraga, analista político y historiador, “está clara la derrota política del presidente con la salida de Guzmán y la llegada de Batakis”, una economista heterodoxa -es decir, que cree en la intervención del Estado en la economía-, con larga experiencia en la administración pública y más afín a las políticas populistas del kirchnerismo. “La vicepresidenta no gobierna, pero tiene creciente influencia en el poder”, agregó.

“Acá no hay un acuerdo (entre el presidente y su vicepresidenta), hay una tregua, y frágil”, advirtió.