La vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner arremetió este martes contra los fiscales que pidieron una condena a 12 años de prisión al afirmar que no han probado “nada de lo que dijeron” durante el juicio en el que la acusan de corrupción, al que que calificó de “ficción”.

Fernández dijo en una presentación transmitida desde su despacho en el Senado que las acusaciones de las que es objeto fueron armadas para perseguirla políticamente y apuntó contra los fiscales por citar a testigos “con testimonios que colapsaron” a lo largo de las audiencias judiciales.

Diego Luciani, uno de los acusadores oficiales del juicio a la vicepresidenta, pidió la víspera una condena a 12 años de prisión y su inhabilitación para ejercer cargos públicos tras acusarla de haber liderado una organización delictiva que adjudicó de forma irregular durante su mandato (2007-2015) unas 51 obras a Lázaro Báez, un empresario allegado, y haber generado con ello una defraudación al Estado de unos 1.000 millones de dólares.

Rodeada de papeles desplegados en una mesa en los que buscaba información para sostener sus críticas, la vicepresidenta dijo que el juicio está basado “en un guión bastante malo además de falso”.

“Juicio contra el peronismo, no contra Cristina”

Este es el primer pedido de una condena para la expresidenta en una docena de causas judiciales por diversos delitos, algunas de las cuales fueron cerradas y otras continúan bajo investigación.

La dirigente peronista indicó que el tribunal ya tiene decidida su condena en el marco de la persecución que viene sufriendo por parte de sectores de la justicia desde el gobierno de su sucesor, Mauricio Macri (2015-2019), quien hoy es uno de los referentes de la oposición.

Reprochó además a los fiscales no ahondar en la investigación de supuestos actos de corrupción de empresarios allegados a Macri en el sector de la obra pública.

La exmandataria también afirmó que el proceso judicial que enfrenta es un juicio contra el peronismo, no contra Cristina”.

“Piden 12 años de prisión por los 12 años de nuestro gobierno, el mejor que tuvo la Argentina en las últimas décadas”, casi gritó la exmandataria en referencia a la animadversión que dijo sufrir por parte de sectores judiciales, políticos y mediáticos. Antes de sus dos mandatos su marido Néstor Kirchner -fallecido en 2010- gobernó cuatro años.

La vicepresidenta fue al Congreso entre el apoyo de cientos de manifestantes que la recibieron con cánticos, banderas argentinas y carteles con su retrato.

Después de terminar su larga intervención, saludó a sus simpatizantes desde un balcón del edificio donde se encuentra el Senado, el cual preside por ser vicepresidenta del país.

Cuando pidió la condena de cárcel y la inhabilitación de la vicepresidenta para ejercer cargos públicos, el fiscal Luciani dijo que “estamos ante la mayor maniobra de corrupción que se haya conocido en el país”.