El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) instó este martes a proteger las vidas de los civiles ante la ofensiva de Israel en la ciudad de Rafá, en el sur de la Franja de Gaza, tras la toma de la parte palestina de este paso fronterizo, que había servido como uno de los principales puntos de entrada de ayuda humanitaria hacia el enclave, y en medio de las negociaciones de cara a un acuerdo para un alto el fuego.
Este organismo recordó que ya advirtió hace meses de que una incursión terrestre en Rafá, donde se refugian 1,4 millones de palestinos, “plantearía un riesgo desastroso para la población civil”. Por ello, ha pedido “a todas las partes en el conflicto que respeten sus obligaciones jurídicas estipuladas en el Derecho Internacional Humanitario de proteger y preservar la vida y bienes civiles”.
El CICR ha reiterado, tras las instrucciones de Israel de evacuar la zona este de Rafá, que “se debe hacer todo lo posible para salvar vidas civiles y garantizar que tengan acceso a las necesidades básicas para la vida, incluidos alimentos, agua y atención médica”, agregando que se debe mantener el aumento del flujo de ayuda, si bien los cruces fronterizos están actualmente cerrados. También ha subrayado “la necesidad” de proteger las instalaciones y personal médico.
Asimismo, ha manifestado que mientras “las operaciones militares continúan, es fundamental que las partes en el conflicto tengan en cuenta la realidad de que grandes cantidades de personas se desplazan por carreteras dañadas y por zonas con explosivos sin detonar”. “Las evacuaciones deben realizarse de manera que se garantice que los civiles lleguen sanos y salvos y en condiciones satisfactorias de higiene, salud, seguridad y nutrición. Los miembros de la familia no deben ser separados. Deben poder regresar a sus hogares tan pronto como cesen las hostilidades”, indicó.
Palestinos huyen de Rafá
En este sentido, el CICR hizo hincapié en que la mayoría de los palestinos que se encuentran en la zona no llegaron directamente a Rafá, sino que han sido desplazadas de forma forzosa varias veces anteriormente. “Sumado al estrés y el miedo constantes, y considerando las lesiones, la edad y las discapacidades, muchos residentes se encuentran en un estado debilitado y en alto riesgo de morir a causa de infecciones o enfermedades comunes”, aseveró.
Las órdenes de evacuación han provocado “una profunda ansiedad y miedo” y hay “largas filas de personas que huyen de Rafá en coches, carros tirados por burros, y a pie, cargados con objetos personales”, ha relatado, antes de agregar que cuestiones sobre “cómo transportar de manera segura a los discapacitados, los ancianos y los enfermos, y dónde una población tan grande puede moverse y residir de manera segura con sus necesidades básicas satisfechas, siguen sin respuesta”.
“Es posible que no todas las personas puedan evacuar debido a su edad, discapacidad o enfermedad. Los civiles que permanecen en la zona -ya sea voluntariamente o no- deben de seguir estando protegidos y no deben sufrir los efectos de las hostilidades”, apuntó el ente, que se compromete a permanecer cerca de quienes lo necesitan durante todo el conflicto.
Por último, el CICR ha agregado que está dispuesto a desempeñar su papel de intermediario neutral en el cumplimiento de los aspectos humanitarios de un eventual acuerdo, señalando que exige la liberación incondicional de los rehenes pero que reconoce que “es poco probable” que se consiga sin un acuerdo que “proporcione respiro y ayuda a todas las personas afectadas por el conflicto”.