El escándalo generado en Argentina tras la revelación de los "Cuadernos K", los textos escritos por el chofer Óscar Centeno que dan cuenta de una enorme trama de corrupción en la era kirchnerista, no cede y aumenta día a día. Así, de los textos se desprende que, supuestamente, entre 2005 y 2010 fue Néstor Kirchner quien habría comandando la recaudación de coimas de empresarios, pero luego la posta la habría tomado Cristina Fernández.
Centeno escribió en su bitácora que Cristina K era la encargada de "instruir para que sigan recaudando de las empresas para las próximas campañas electorales". De acuerdo con el chofer de Roberto Baratta -el número dos del entonces ministro de Planificación Julio de Vido- los montos involucrados ascienden a US$ 53 millones, pero en realidad superarían los US$ 160 millones.
De acuerdo con los cuadernos revelados el miércoles por el diario La Nación, semanalmente llegaban los millonarios pagos para los Kirchner. Las coimas que superaban los US$ 2 millones eran enviadas directamente a la Quinta de los Olivos y si eran inferiores iban al departamento de los Kirchner en calle Uruguay 1306 del barrio Recoleta, según Clarín.
Después de la muerte de Néstor Kirchner en 2010, Cristina cambió el estilo de las entregas y se iniciaron los pagos directamente a "la Casa Rosada, la Jefatura de Gabinete y autos "de Presidencia" como nuevos puntos de contacto", según La Nación.
Incluso cambió a su hombre de confianza. Néstor tuvo como mano derecha a Daniel Muñoz, secretario privado de la Presidencia, mientras que Cristina K confió en "Martín", que según los cuadernos, por orden de la entonces Presidenta entregaba los bolsos con dinero a Juan Manuel Abal Medina, jefe del Gabinete de Ministros en el segundo período presidencial de Cristina K.
"Cristina Kirchner debería estar presa si están presos tantos funcionarios y empresarios (...). Si los otros están presos por integrar una asociación ilícita, ¿por qué no está quien es considerada por la Justicia la jefa de esa asociación?", señaló ayer Joaquín Morales en La Nación.
Según los cuadernos, la recaudación de las coimas aumentó en los meses previos a su partida de la Casa Rosada. El último cuaderno que escribió Centeno abarca del 2 de junio al 3 de noviembre de 2015, un mes y tres días antes del arribo de Mauricio Macri a la Presidencia. "(...) que asco toda esta corrupción me duele el alma por la manera que roban sin escrúpulos y sin medir consecuencias", escribió Centeno en ese último cuaderno.
El 2 de noviembre de 2010, seis días después de la muerte de Néstor Kirchner, Centeno registró un intercambio de sobres con dinero. "Del ministerio lleve a Baratta y Hernán Gómez a Lavalle 462 donde retiró un bolso con US$ 380 mil", escribió el 11 de noviembre. Mientras que el 6 de diciembre, Centeno llevó a Baratta "a la Quinta de Olivos, a una reunión con la Sra. Presidenta de la Nación".
"La sombra de Lula, un exmandatario preso por corrupción que no obstante encabeza las preferencias para los comicios presidenciales brasileños de este año, se proyecta sobre Cristina Kirchner. Algunos pretenden que podría ocurrir aquí lo mismo que sucede en el país vecino", señaló el analista Eduardo Fidanza en La Nación.
En medio de este torbellino, se espera que el 13 de agosto Cristina K se presente ante el juez Claudio Bonadio para explicar su relación con la recaudación de coimas durante una década que quedó al descubierto en los "cuadernos K".