¿Cuál es el rol de Ruanda en el conflicto armado de la Republica Democrática Congo?

Civiles congoleños que huyeron de Goma, en el este de la República Democrática del Congo, tras los combates entre los rebeldes del M23 y las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC), llegan en un camión de cortesía a un centro de recepción en Rugerero, cerca de Gisenyi, en el distrito de Rubavu, Ruanda, el 28 de enero de 2025. Foto: Reuters.

La comunidad internacional denuncia al gobierno del presidente ruandés Paul Kagame por apoyar a los rebeldes del grupo armado M23, que están librando una guerra en la República Democrática del Congo.


Desde hace un mes que la RDC ha hecho noticia por el violento conflicto armado que se está librando en ese país entre las fuerzas del estado y el grupo insurgente armado Movimiento 23 de marzo que ya se había enfrentado al gobierno del país africano en 2012, pero en la actualidad el M23 ha logrado un mayor avance que hace 13 años, ya que ahora controlan la estratégica ciudad de Goma, que es el centro regional de comercio, seguridad y esfuerzos humanitarios para gran parte de RDC además controlan gran parte del este del país.

El nombre de esta guerrilla hace referencia al acuerdo del 23 de marzo de 2009, que puso fin a una insurgencia anterior liderada por tutsis en el este de República Democrática del Congo. Son el último grupo insurgente liderado por tutsis que ha tomado las armas contra el Ejército de la nación tras no lograr integrarse a sus filas.

Desde hace años el grupo armado tiene el control de la región minera rica en coltán de Rubaya, este mineral ha sido la principal fuente de ingresos de esta guerrilla, el cual les ha generado cerca de 800.000 millones de dólares al mes a través de un impuesto de producción, según denuncias de la ONU.

Conflicto por los minerales

El sorpresivo avance del M23 también se traduciría en su control sobre las minas de oro y estaño de la RDC, uno de los objetivos más importantes de la ofensiva de los rebeldes. En consecuencia, el conflicto ha empeorado una de las crisis humanitarias más grandes del mundo. La Organización de las Naciones Unidas ha señalado que estos combates alertan a la región de un conflicto total en la zona de los Grandes Lagos de África.

Miembros del grupo rebelde M23 se reúnen para supervisar a los posibles reclutas congoleños para el grupo antes de ser llevados a centros de entrenamiento dirigidos por ellos, en medio de enfrentamientos entre el grupo armado y las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC), en Goma, provincia de Kivu del Norte en el este del país, el 30 de enero de 2025. Foto: Reuters.

Sin embargo, el apoyo más cuestionado a esta guerrilla proviene de la vecina Ruanda, que según denuncias de la comunidad internacional ha desplegado 4.000 soldados en territorio congoleño y también les estaría dando apoyo financiero y logístico a los miembros del M23., según su presidente Paul Kagame (quien es presidente de Ruanda desde el año 2000) esas acusaciones son falsas, pero la verdad es que hay un gran interés en la zona por una razón, que es precisamente su riqueza en minerales.

La zona este del Congo es rica en muchos recursos mineros, como cobre, cobalto, litio y oro, esto suele ser el detonante de la mayoría de los conflictos armados en África. Minerales como el anteriormente nombrado coltán se usan para fabricar teléfonos celulares y cámaras, lo cual lo hace muy valioso y compañías como Apple se han beneficiado de su explotación en esas tierras lo cual le ha generado críticas de diversas organizaciones de derechos humanos.

Muchas minas, donde abunda el desgarrador trabajo infantil, son explotadas por estas guerrillas en condiciones infrahumanas, mientras que la inestabilidad de la guerra permite que los minerales salgan ilegalmente hacia Ruanda para, desde allí, abastecer a grandes multinacionales como la anteriormente nombrada Apple.

El presidente de Ruanda, Paul Kagame, y la primera dama, Jeanette Kagame, rinden homenaje antes de encender la llama de esperanza del genocidio de Ruanda, conocida como 'Kwibuka' (Recordar), para conmemorar el genocidio de 1994 en el Centro Conmemorativo del Genocidio de Kigali, Ruanda, el 7 de abril de 2024. Foto: Reuters.

También hay estudios que muestran una gran riqueza de uranio, casiterita y diamantes, todos estos minerales se han utilizado para financiar al grupo armado desde su creación y primera ofensiva hace más de una década. Por eso se les ha llamado “minerales de sangre” ya que su uso y explotación ha costado la vida de miles de personas en todo el país.

Conflicto Étnico

Pero también hay motivos étnicos detrás de este conflicto, ya que el M23 está compuesto en su mayoría por personas de la etnia tutsi, a la que pertenece Paul Kagame.

El presidente ruandés también formo parte de una guerrilla antes de llegar a la presidencia, esta era el Frente Patriótico Ruandés (FPR), el cual tomo el control de Ruanda en 1994 tras el genocidio de ese año en el que milicias de la etnia hutu, mataron a casi un millón de personas, la mayoría eran tutsis.

Civiles congoleños que huyeron de Bukavu, en el este de la República Democrática del Congo, tras los enfrentamientos entre los rebeldes del M23 y las Fuerzas Armadas de su país, llevan sus pertenencias mientras caminan hacia el paso fronterizo de Rusizi para regresar a casa, en el distrito de Rusizi, Ruanda, el 17 de febrero de 2025. Foto: Reuters.

Tras el fin del genocidio y la toma del poder en Ruanda por parte del FPR, muchos hutus que participaron de la masacre escaparon al Congo, desde entonces ha habido numerosas tensiones entre ambos países y el gobierno de Ruanda acusa al del Congo de discriminar a los tutsis, tanto laboral como socialmente y también de albergar a autores materiales del genocidio.

Kagame ha sido acusado de violar la integridad territorial de la República Democrática del Congo para obtener beneficios, pero también se le acusa de limitar la libertad de expresión en Ruanda a favor de los tutsis y de reprimir a los hutus que viven allá, además de tejer relaciones con grandes potencias de occidente para afianzarse en el poder, pero él define sus acciones en suelo congoleño como “exclusivamente defensivas”.

Tensiones y enfrentamientos anteriores

Como se da a entender, no es la primera vez que hay tensiones entre los gobiernos de Ruanda y de la RDC. Como anteriormente se nombró, la inestabilidad crónica de esta región está intrínsecamente ligada al genocidio de la población tutsi de Ruanda en 1994, que mató a varios cientos de miles de personas y provocó un éxodo masivo. Alrededor de dos millones de hutus, incluidos genocidas, cruzaron la frontera, provocando una crisis humanitaria en el este de RD Congo, entonces conocida como República del Zaire.

Tres años después, la rebelión liderada por Laurent-Désiré Kabila, apoyada por Ruanda y Uganda, derrocó al presidente Mobutu tras más de 30 años de gobierno dictatorial. Esta “primera guerra del Congo” agravó aún más la situación en el este del país, creando un vacío de seguridad propicio para la aparición de grupos armados, mientras que los campos de refugiados cercanos a la frontera eran percibidos como una amenaza por Ruanda.

Refugiados en el Congo
Civiles congoleños que huyeron de Bukavu, en el este de la República Democrática del Congo, tras los enfrentamientos entre los rebeldes del M23 y las Fuerzas Armadas de su país, llevan sus pertenencias mientras caminan hacia el paso fronterizo de Rusizi para regresar a casa, en el distrito de Rusizi, Ruanda, el 17 de febrero de 2025. Foto: Reuters

Mientras Laurent-Désiré Kabila intentaba sacudirse la influencia ruandesa, en 1998 estalló una segunda guerra entre el gobierno central y una nueva rebelión en Kivu, apoyada de nuevo por Ruanda y Uganda. RD Congo denunció la “agresión” de Kigali, que ya había dicho que su intervención estaba motivada por razones de “seguridad nacional”.

En 2002, Ruanda y RD Congo firmaron un acuerdo de paz. Pero la tregua duró poco. Dos años más tarde, estalló una rebelión en la provincia de Kivu del Sur, que se extendió al norte, dirigida por dos antiguos oficiales del ejército congoleño a los que las autoridades acusan de apoyar a Ruanda. Kigali lo niega.

En 2006, uno de estos líderes rebeldes, Laurent Nkunda, lanzó su propia milicia, el Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP). El presidente congoleño Félix Kinshasa volvió a acusar a Ruanda de estar detrás.

Pero tres años después, el líder rebelde fue detenido en una operación conjunta de los ejércitos ruandés y congoleño. Inmediatamente después, el gobierno firmó un acuerdo de paz con el CNDP que preveía la transformación del grupo en partido político y la integración de sus fuerzas en el ejército y la policía congoleños.

Crisis en el Congo
Columnas de humo se elevan desde los edificios de la prisión central de Bukavu, un día después de la fuga de la prisión mientras los rebeldes del M23 respaldados por Ruanda avanzaban hacia el centro de Bukavu, República Democrática del Congo, el 16 de febrero de 2025. Foto: Reuters.

Este acercamiento entre la Republica Democrática del Congo y Ruanda se explica por el compromiso compartido de los presidentes Joseph Kabila y Paul Kagame de erradicar del territorio congoleño a las FDLR (Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda), un grupo de exiliados hutus opuestos al régimen de Kigali. El 6 de agosto de 2009 tuvo lugar en Goma un encuentro histórico entre Paul Kagame y Joseph Kabila, que marcó la reanudación de unas relaciones diplomáticas rotas durante muchos años.

Sin embargo, el acuerdo de paz entre el gobierno congoleño y los rebeldes del CNDP pronto mostró sus limitaciones. Denunciando la escasa aplicación del acuerdo, antiguos rebeldes tutsis incorporados al ejército congoleño crearon en 2012 el movimiento 23 de marzo, que ahora está causando una verdadera crisis en África.

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