Funcionarios de Estado y diplomáticos de Cuba y Estados Unidos se reunieron el martes en La Habana para debatir cuestiones migratorias, un tema de especial interés debido al éxodo récord de isleños hacia la nación norteamericana.

Estados Unidos reconoció la necesidad de mantener un diálogo constructivo con la isla y, al final de la jornada, las autoridades cubanas recalcaron que la migración está relacionada con las sanciones de Washington y su impacto económico. No hubo pronunciamiento estadounidense al concluir los encuentros.

La delegación visitante estuvo encabezada por la subsecretaria adjunta del Departamento de Estado, Emily Mandrala, mientras que por la parte cubana fue el vicecanciller Carlos Fernández de Cossío, informó una nota de prensa del Departamento de Estado norteamericano.

Tampoco se ofrecieron detalles sobre las conversaciones mantenidas, pero según el vicecanciller cubano se abordó el tema de las operaciones de contrabando de personas con lanchas que llegan ilegalmente a Cuba.

Además, apuntó el funcionario, se evaluaron los vuelos de repatriación de personas inadmisibles en Estados Unidos o los avances en el servicio consular de Washington en la isla. Los cubanos reconocieron que las autoridades estadounidenses habían cumplido con la entrega de 20.000 visas de migrantes el año pasado como lo establecen los convenios.

Por la parte de Estados Unidos, el comunicado del Departamento de Estado veía en el encuentro “una oportunidad para discusiones sobre la implementación mutua de acuerdos migratorios” bilaterales. El texto subrayaba el “compromiso de mantener conversaciones constructivas con el gobierno de Cuba cuando sea apropiado para promover los intereses de los Estados Unidos”.

El vicecanciller cubano concluyó que la reunión había sido “útil” para evitar una migración “irregular, insegura y desordenada”.

Fernández de Cossio explicó también que trasladó a sus contrapartes su preocupación por lo que la isla considera que fomenta las salidas ilegales. “No hay duda de que una política dirigida a deprimir el nivel de vida de la población constituye un estímulo directo a la migración”, señaló el funcionario.

Esta es la segunda vez este año -tal como lo establecen acuerdos bilaterales- en que se desarrollan rondas migratorias, que estuvieron paralizadas en años anteriores.