De manera cuasioficial, las Adidas Samba, aquellas icónicas zapatillas deportivas de tres rayas devenidas en símbolo de la moda, fueron declaradas como “muertas”. ¿Por qué? Porque Rishi Sunak, el primer ministro de Reino Unido, las llevó puestas durante una entrevista en el 10 de Downing Street, la residencia oficial del mandamás británico.
Lejos quedó la discusión sobre el contenido de la entrevista. En ella, el líder del Partido Conservador detalló sus últimas políticas fiscales impulsadas, además de resaltar el lugar que le han entregado a la niñez durante su gobierno, pero nada de eso importó. Vestía una camisa blanca, pantalones de color azul marino y calcetines negros. Encima de ellos, unas Adidas Samba blancas con tres líneas negras.
Las críticas en redes sociales y algunos medios de comunicación llegaron de inmediato, al igual que la pronta disculpa de Sunak por su decisión estilística. La razón de tanto alboroto por la decisión se resume en dos puntos: se trataría de un intento por “verse casual”, cuando se trata del primer ministro más rico de la historia británica, y por el mal momento que pasan los “tories” a nivel electoral, con encuestas dándoles mínimos históricos en cuatro décadas.
“Las Samba. Supongo que ahora es uno de los nuestros”, señalaba un comentario de la publicación en la red social Instagram. Según el medio Business Standard, “el círculo de amistades (de Sunak) no incluye a nadie de la clase trabajadora”, y al público británico no le ha gustado para nada que el premier más millonario conceda entrevistas en la residencia oficial vistiendo zapatillas de 100 dólares, lo que evidentemente no se condice con su realidad económica.
Inspiradas en la década del 50 por los botines de fútbol, las clásicas piezas se convirtieron en símbolo de la moda. Deportistas, skaters y estrellas del espectáculo las usaron -y usan- por igual. Harry Styles, Kaia Gerber, Bella Hadid, Paul Mescal y Rihanna, entre algunos pocos, han utilizado las Samba.
Y si bien no es raro que políticos intenten dar un paso hacia prendas de moda más accesibles al público general -como ocurrió con Barack Obama, quien vistió unas Stan Smith recién salidas de la caja cuando ya había salido de la presidencia de Estados Unidos, o la actual vicepresidenta Kamala Harris, quien usó durante la campaña de 2020 unas Converse Chuck Taylor de cuero y lona-, a Sunak no se lo perdonan en Reino Unido.
“Sus zapatillas me ayudaron a entender el video y a identificarme con él”, dijo, con sarcasmo, un usuario de Instagram. La técnica de apelar a la sastrería tampoco funcionó en otros espacios. En los medios, de hecho, la crítica fue aún más ácida.
“Otro intento de parecer simpático le ha salido mal”, escribió Michael Hogan, del periódico The Guardian. British GQ, en tanto, señaló que, “en un intento de presentarse como joven y moderno, Sunak agarró una zapatilla eternamente cool y la arruinó para todo el mundo”.
CNN, en su sección Style/Fashion, argumentó: “Las Samba parecían ser un intento transparente de dar una señal, si no una distracción potencial de la política de su entrevista. Incluso los más fervientes fanáticos de las zapatillas saben que hay un momento y un lugar para una suela de goma, y el público británico ha decidido que la cámara del 10 de Downing Street no es ninguno de los dos”. La historiadora del calzado Elizabeth Semmelhack fue más allá, y dijo al Times que esta podría ser “la sentencia de muerte” para la zapatilla retro.
El hecho, por más curioso y cómico que podría parecer, resultó en que el líder político de Reino Unido debió salir a disculparse de forma pública. “Presento mis más sinceras disculpas a la comunidad de la Samba. Pero, en mi defensa, diré que llevo zapatillas Adidas, incluidas Sambas -y otras, de hecho- desde hace muchos, muchos años”, dijo Sunak en declaraciones a LBC Radio.
“El primer par me lo regaló mi hermano hace muchos, muchos años: mi primer par de divertidas zapatillas Adidas como regalo de Navidad. No he mirado atrás desde entonces. Así que soy un devoto desde hace mucho tiempo”, rememoró.
La estrategia, intencional o no, llega en mal momento para los “tories”. Un sondeo publicado el mes pasado posicionó el apoyo al Partido Conservador en el nivel más bajo en cuatro décadas, justo cuando las elecciones generales se acercan. Otra encuesta de Ipsos, publicitada a fines de febrero, señaló que el respaldo a los conservadores había llegado al 20%, siete puntos menos que el mes anterior, mientras que el Partido Laborista escaló hasta el 47%, justo cuando estos últimos no logran gobernar en 14 años.
Michael Hogan, de The Observer, apuntó en esa dirección. “De repente, las Samba no solo no están de moda, sino que son un poco conservadoras. Las zapatillas elegidas por el líder de un gobierno moribundo”.