La Casa Blanca anunció este jueves que la próxima cumbre de líderes del G7 se celebrará en junio de 2020 en el club de golf del presidente estadounidense, Donald Trump, en Doral, en el área de Miami (Florida), una polémica decisión debido a los posibles beneficios que tendría la organización empresarial del mandatario.
"La cumbre del G7 se celebrará del 10 al 12 de junio en Trump National Doral en Miami, Florida", dijo el jefe de gabinete de Trump, Mick Mulvaney.
Mulvaney aseguró que el Gobierno estadounidense eligió el club de golf que el presidente posee en Florida de entre cuatro finalistas que incluían opciones en Utah y Hawái, después de examinar un total de doce posibles instalaciones en todo el país.
"Doral era de lejos el mejor complejo para acoger esta reunión -añadió-. Es casi como si lo hubieran construido para esto".
Trump ya había generado alarmas entre expertos en ética y conflictos de interés al adelantar en agosto que se inclinaba por celebrar en su propio club de golf la cumbre del G7, que en 2020 le corresponde acoger a Estados Unidos.
La presión del presidente para celebrar esa cita en su club en Doral -cuyos ingresos han caído un 69% en los últimos dos años, según datos del condado de Miami-Dade- supone el ejemplo más flagrante hasta ahora de la tendencia de Trump a incurrir en conflictos de interés, según expertos consultados por agencia EFE.
"Celebrar el G7 en su club de Doral significa que seis gobiernos extranjeros pagarán grandes cantidades de dinero para que los líderes de sus países acudan a un lugar del que el presidente de EE.UU. se beneficia financieramente de forma personal", explicó en agosto la investigadora Liz Hempowitz.
"No puede haber una violación más clara de la cláusula sobre emolumentos" en la Constitución estadounidense, añadió Hempowitz, del independiente Proyecto de Supervisión del Gobierno.
La cláusula de emolumentos de la Constitución impide a "cualquier persona con funciones públicas" recibir regalos o pagos de figuras extranjeras.
Mulvaney argumentó que no hay ningún conflicto con esa cláusula porque Trump "no se beneficiará de ningún modo" de la celebración del G7 en su club, y subrayó que hacerlo allí será "varios millones de dólares" más barato que en otras instalaciones evaluadas.
Sin embargo, para el grupo independiente Ciudadanos por la Responsabilidad y la Ética en Washington (CREW), la decisión implica que "el presidente está usando el poder de su cargo para ayudar a salvar sus decadentes negocios relacionados con el golf".
"Ya no hay dudas de que el gobierno estadounidense se está usando como una filial de márketing de la Organización Trump", dijo este jueves el director de CREW, Noah Bookbinder, en un comunicado.
Cuando ganó las elecciones en 2016, el exmagnate inmobiliario cedió a sus dos hijos varones mayores el control de su entramado empresarial, la Organización Trump, pero no llegó a liquidar sus intereses en esos negocios, y su mandato ha estado salpicado de indicios de que podría lucrarse gracias a su cargo.
Por otra parte, Mulvaney no descartó que Trump pueda invitar a la cumbre del G7 al presidente ruso, Vladímir Putin, porque cree que Rusia debería volver a ese foro de economías industrializadas del que fue excluido tras su anexión de Crimea en 2014.
"Esa decisión se tomará más tarde", afirmó Mulvaney, quien recordó que Trump siempre podría convidar a Putin a la cita como invitado especial.