La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, anunció este sábado, como representante de su país en la Cumbre por la Paz en Ucrania que arranca hoy en Suiza, una ayuda de más de 1.400 millones de euros para “potenciar el sector energético ucraniano, abordar las necesidades humanitarias de la población civil y reforzar su seguridad”, indicó Harris.
Este paquete comprende 466 millones de euros en nuevos fondos “de asistencia energética” así como la “redistribución” de 302 millones de euros en “fondos previamente anunciados” para, en su conjunto, “reparar la infraestructura ucraniana dañada en la guerra con Rusia”.
Este dinero, procedente de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), también servirá para “expandir la capacidad de generación de energía en Ucrania, animar a la inversión del sector privado y proteger la infraestructura energética” del país.
Otra cantidad de 353 millones de euros quedará destinada a l asistencia humanitaria a refugiados o desplazados internos que han recibido “el impacto de la brutal guerra de Rusia contra el pueblo ucraniano”, en forma de asistencia alimentaria, refugios, servicios médicos y de higiene.
Además, y en colaboración entre el Congreso y el Departamento de Estado, Harris anunció otros 280 millones de euros para “asistencia a la seguridad civil” que comprenderá “equipo imprescindible para la supervivencia” de los operativos de la guardia fronteriza y de las fuerzas de seguridad del Estado para que “operen con seguridad en el frente de guerra” en sus tareas de rescate de civiles y en la investigación de “crímenes de guerra cometidos por Rusia”.
La Casa Blanca ha hecho este anuncio nada más tocar tierra el avión de Harris -acompañada por el asesor de Seguridad Nacional de EEUU, Jake Sullivan- en suelo suizo para participar en la Cumbre de Paz en Ucrania organizada por el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en la ciudad de Lucerna.
La cumbre está marcada por la esperada ausencia de Rusia, que ha rechazado por completo el plan de paz ucraniano al negarse a retirar a sus fuerzas y a devolver a Ucrania la soberanía de las regiones ucranianas bajo su control, como exige Kiev. Tampoco acudirá a la cumbre ninguna representación de China, próxima a Moscú, que lleva meses impulsando su propia iniciativa de paz.