El presidente nicaragüense Daniel Ortega rechazó el jueves las sanciones más recientes aplicadas por Estados Unidos a la industria minera de su país y a 500 de sus funcionarios, y advirtió que si Washington sigue castigando a su gobierno “tendrá más inmigrantes en su frontera”.

Al hablar en un acto por el aniversario del Ministerio de Gobernación (Interior), Ortega dijo que Estados Unidos es el país “que más sanciones en el mundo ha aplicado” y “más daño ha provocado”, y “luego están ahí quejándose de los inmigrantes”.

Washington anunció esta semana sanciones a la Dirección General de Minas y al excoronel Lenín Cerna, exjefe de la inteligencia sandinista. También le retiró el visado a 500 jueces, fiscales y otros funcionarios del gobierno nicaragüense.

La orden ejecutiva prácticamente hace que sea ilegal para los estadounidenses hacer negocios con la industria del oro nicaragüense. Es la primera vez que Estados Unidos se enfoca en un sector específico de la economía de Nicaragua, y en el futuro podría ampliarlo para incluir otras industrias consideradas fuentes de financiamiento del gobierno de Ortega.

“Sigan poniendo sanciones e irán más inmigrantes a Estados Unidos. Por mucho que quieran cerrar las puertas, no existe puerta que puedan cerrar a los inmigrantes”, adujo el gobernante sandinista, en su primera reacción a las nuevas sanciones de Washington.

La decisión también allana el camino para que el gobierno estadounidense restrinja las inversiones y el comercio con Nicaragua, medidas que evocan el severo embargo impuesto por Estados Unidos en la década de 1980 al primer gobierno sandinista de Ortega, durante la sangrienta guerra civil.

Ortega reprobó las sanciones que el gobierno del presidente Joe Biden también le está aplicando a Cuba y Venezuela, y sostuvo que se trata de “políticas terroristas” que “están violando el derecho al trabajo” en esos países.

El mandatario hizo sus declaraciones horas después de la publicación en medios digitales de reportajes y videos que mostraron a gran cantidad de nicaragüenses haciendo largas filas en las principales oficinas de Migración de Managua, aparentemente para tramitar pasaportes y emigrar.

Desde las protestas sociales de 2018, que provocaron una grave crisis política, más de 100.000 nicaragüenses han abandonado el país, de acuerdo con cifras de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La mayoría, según ese organismo, son personas que sufrieron persecución política y han solicitado refugio en Costa Rica.