La expedición de 250.000 dólares por turista que desapareció esta semana camino al naufragio en aguas profundas del transatlántico Titanic es solo un ejemplo del turismo extremo que se está volviendo más común para aquellos que pueden permitírselo.
Desde las cimas más altas de la Tierra hasta el espacio suborbital, estas son algunas de las otras hazañas que se pueden intentar:
Viaje espacial
Una competencia a tres bandas entre los empresarios multimillonarios Jeff Bezos, Elon Musk y Richard Branson ha estimulado el desarrollo de una incipiente industria del astroturismo.
Virgin Galactic Holdings de Branson dijo la semana pasada que su primer vuelo espacial comercial, llamado “Galactic 01″, se lanzaría entre el 27 y el 30 de junio. de los cuales han pagado entre US$ 250.000 y US$ 400.000 por sus boletos.
Desde junio de 2021, cuando se vendió el primer asiento por 28 millones de dólares, la empresa de turismo espacial de Bezos, Blue Origin, ha ofrecido vuelos de 10 minutos a una altitud de unos 106 km, donde los pasajeros experimentan unos momentos de ingravidez antes de descender de nuevo a la Tierra.
Un multimillonario japonés ya compró todos los asientos en el viaje inaugural del cohete SpaceX Starship de Musk, que tiene la intención de pasar tres días dando vueltas alrededor de la luna y llegar a 200 kilómetros de la superficie lunar. Inicialmente programado para 2023, el vuelo se retrasó por pruebas fallidas del vehículo.
Expediciones en tierra
Mientras tanto, en la Tierra, los turistas ricos que no están dispuestos a hacer caminatas agotadoras a través de algunos de los terrenos más difíciles del planeta pueden volar por encima o reservar helicópteros privados en su lugar.
Antes de fijar su mirada en el espacio, Branson formaba parte de un grupo de élite de viajeros extremos en globos aerostáticos, y se convirtió en el primero en atravesar el Océano Pacífico en un globo en 1991. Otras personas adineradas han establecido más récords de distancia, altura y duración en las últimas décadas.
Los servicios de heliesquí se lanzaron en las nevadas montañas del Himalaya de la Cachemira india, entre India y Pakistán, durante las pausas en la violencia entre los separatistas musulmanes y el gobierno de Nueva Delhi.
El monte Roraima, una mística montaña de cima plana en la frontera entre Venezuela y Brasil que inspiró la novela “El mundo perdido” de Arthur Conan Doyle de 1912 y que antes solo era accesible para los indígenas pemón, ahora atrae a miles de excursionistas cada año, y algunos visitantes que llegan a la cima en helicóptero.
