El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y otros líderes del hemisferio occidental presentaron este viernes una hoja de ruta para los países que reciben a un gran número de migrantes y refugiados.
La “Declaración de Los Ángeles” es quizás el mayor logro de la Cumbre de las Américas, que se ha visto golpeada por las diferencias que despertó la lista de líderes invitados por Biden. Las delegaciones de México y de varias naciones centroamericanas estuvieron encabezadas por sus principales representantes diplomáticos tras la negativa de sus mandatarios a participar en un evento del que se excluyó a Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Entre los principios que se anunciaron en el último día de la Cumbre se incluyen vías legales para entrar a los países, ayudas a las comunidades más afectadas por la migración, una gestión humana de las fronteras y respuestas de emergencia coordinadas, según un alto funcionario estadounidense que informó a los reporteros antes del anuncio oficial.
“Cada uno de nosotros está suscribiendo compromisos que reconocen los desafíos que todos compartimos”, dijo Biden en un podio con las banderas de los 20 países que sellaron el acuerdo desde Chile, en el sur del continente, hasta Canadá, en el norte.
“Esto es solo un comienzo”, dijo Biden, expresando la esperanza de que más naciones se unan. “Queda mucho más trabajo”.
La Casa Blanca destacó medidas que se anunciaron recientemente y algunos compromisos nuevos: Costa Rica extenderá protecciones para cubanos, nicaragüenses y venezolanos que llegaron a su territorio antes de marzo de 2020. México agregará visas de trabajadores temporales hasta para 20.000 guatemaltecos al año.
Estados Unidos se compromete a otorgar 314 millones de dólares para ayudar a los países que acogen a refugiados y migrantes y está reanudando o ampliando los esfuerzos para reunir a las familias haitianas y cubanas. En tanto, Belice regularizará a los migrantes centroamericanos y caribeños.
Es un modelo que ya siguen en gran medida Colombia y Ecuador, cuyos líderes conservadores recibieron una calurosa bienvenida en la cumbre por acoger gran parte de los seis millones de personas que se han marchado de Venezuela en los últimos años.
El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, anunció la semana pasada un estatus temporal para los venezolanos que están en su país, unos 500.000. En un panel paralelo a la Cumbre dijo el martes que su país estaba devolviendo la generosidad de España y Estados Unidos por haber acogido a gran cantidad de ecuatorianos que huyeron hace más de dos décadas.
Lasso fue el único presidente, además de Biden, que habló en la breve ceremonia del viernes. El mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, llegó tarde. “Quisiera resaltar que el fenómeno migratorio es significativo y demanda acciones conjuntas bajo el principio de responsabilidad compartida y diferenciada entre países de la región”, dijo Lasso.
El presidente colombiano Iván Duque, que permaneció junto a Biden en la ceremonia, fue ovacionado el jueves al describir cómo su gobierno había otorgado un estatus temporal a un millón de venezolanos en los últimos 14 meses y está procesando otras 800.000 solicitudes.
“Lo hicimos por convencimiento”, expresó Duque al explicar que no podían ser indiferentes con los venezolanos que habían perdido sus casas y todo lo que tenían. Dijo que sabía que la medida podría representarle un costo político. “Eran invisibles, no podían abrir cuenta, no podían trabajar, no podían entrar al sistema de salud. Eran prácticamente como una comunidad sin futuro”.