El Presidente de Ecuador, Daniel Noboa, declaró el lunes estado de excepción en el país por 60 días, que incluye un toque de queda y la presencia de militares en calles y prisiones, en medio de una nueva crisis del sistema carcelario.

La medida de Noboa, un joven empresario en el cargo desde noviembre, se produce luego de incidentes registrados en seis cárceles, que incluyen la retención de agentes penitenciarios por reos.

Las acciones de los presos ocurren un día después de que José Adolfo Macías, alias ‘Fito’, uno de los reos más peligrosos del país y líder de la banda criminal Los Choneros, desapareció de la cárcel donde estaba recluido cumpliendo una condena de 34 años.

“Acabo de firmar un decreto de estado de excepción para que las Fuerzas Armadas tengan todo el respaldo político y legal en su accionar”, dijo Noboa en un mensaje publicado en sus redes sociales.

“Se acabó el tiempo en que los condenados por narcotráfico, sicariato y el crimen organizado le dictaban al gobierno de turno qué hacer”, agregó el mandatario. “Nosotros no vamos a negociar con terroristas”.

La medida permite a los militares apoyar a las labores de seguridad interna de la policía tanto en las prisiones como en las calles. Además determina un toque de queda desde las 23 hasta las 05.00 horas y otras restricciones.

Gobiernos anteriores han recurrido en los últimos años a estados de excepción para controlar la situación de inseguridad que azota a Ecuador, pero sin mayores resultados.

La oficina de prensa de Noboa dijo en un comunicado que los nuevos incidentes en las cárceles también obedecían a la decisión del Gobierno de dar inicio de manera inmediata a la construcción de la nueva cárcel de máxima seguridad con financiamiento internacional.

Noboa ha prometido un plan de seguridad que incluye una nueva unidad de inteligencia, armas tácticas para las fuerzas del orden y seguridad reforzada en puertos y aeropuertos -puntos clave para los envíos de drogas- y recluir a los presos peligrosos de manera temporal en barcos prisiones.

Los enfrentamientos en las hacinadas cárceles de Ecuador son frecuentes y han dejado más de 400 presos muertos desde el 2021.