Una delegación del gobierno colombiano llegó el jueves a Cuba para iniciar los acercamientos con los cabecillas del Ejército de Liberación Nacional (ELN), con la que el recién juramentado presidente Gustavo Petro aspira a retomar los diálogos de paz.
“La paz total no es solo nacional sino va más allá de las fronteras”, indicó el canciller colombiano Álvaro Leyva al publicar en Twitter una fotografía de la delegación minutos antes de partir a la capital de la isla caribeña.
El canciller cubano Bruno Rodríguez dijo en su cuenta de Twitter que recibió a Leyva, quien preside la delegación, así como al Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda, y el senador Iván Cepeda, presidente de la Comisión de Paz del Senado colombiano. Acompañó su tuit con una foto con su homólogo colombiano.
Petro, quien en su juventud militó en la extinta guerrilla M-19, dijo a la prensa que el comisionado Rueda está autorizado para hacer contactos directos con el ELN para verificar si, como han dicho en comunicados, hay posibilidad de un reinicio de las negociaciones o treguas bilaterales.
El nuevo gobierno ha señalado su voluntad de buscar una “paz total”, con lo que se espera un impulso al desarme de varios grupos ilegales para frenar el ciclo de violencia que no terminó luego de la firma del histórico acuerdo de paz en 2016 con las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Se trata de reanudar las últimas negociaciones de paz con el ELN, fundado en 1964 bajo la influencia del marxismo, que iniciaron en el 2017 durante el gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018) y que tuvieron como sede a Quito y luego a La Habana.
El gobierno de Colombia suspendió a principios de 2018 el diálogo que sostenía con el ELN en Cuba tras un ataque del grupo guerrillero contra policías, aunque permitió que sus representantes permanecieran en la isla con la esperanza de poder retomar los contactos.
Sin embargo, cualquier acercamiento quedó sepultado cuando en enero de 2019, el entonces presidente Iván Duque dio por terminada la negociación luego de que la guerrilla atacara con explosivos una escuela policial, causando la muerte de 22 personas.
Varios de sus comandantes continúan en Cuba desde la ruptura de las negociaciones. Esto generó una tensión diplomática debido a que Duque le exigía a Cuba extraditar a la comandancia para que cumplieran con requerimientos judiciales, mientras que Cuba se negó respaldándose en el cumplimiento del protocolo firmado en las negociaciones de paz que contemplaba que en caso de rompimiento la comandancia tendría unos días para volver a sus campamentos.