"Las elecciones de medio mandato solían ser aburridas, ¿cierto? ¿Se acuerdan cómo eran? Ahora son emocionantes". Con esas palabras el Presidente Donald Trump se refirió en un acto de campaña el lunes en Cleveland, Ohio, sobre lo crucial en que se transformaron los comicios legislativos que tuvieron lugar este martes en Estados Unidos y que registraron una participación récord.

Sin embargo, la importante movilización de jóvenes y el voto anticipado (sufragaron con anticipación 38,4 millones, mientras que en 2014 fueron 27 millones) no le alcanzaban a los demócratas para obtener su propósito: recuperar el control total del Congreso.

Según las proyecciones de la prensa estadounidense, los republicanos lograron mantener el control del Senado. De acuerdo con The New York Times, el partido de Donald Trump se quedaría con 53 senadores y el Partido Demócrata con 47.

A su vez, los demócratas se anotan un triunfo muy significativo al ganar la Cámara de Representantes, que perdieron en 2010, cuando Barack Obama era Presidente. Según la proyección del Times, el Partido Demócrata conseguiría 230 congresistas y los republicanos 205 (la mayoría es con 218 asientos). Todo, tal como pronosticaron las encuestas.

Si las legislativas fuesen un partido de fútbol, podría hablarse de un empate 1-1. Sin embargo, la política estadounidense es más compleja. De hecho, los demócratas obtenían importantes victorias a nivel de gobernadores.

En las últimas dos décadas, las elecciones de medio término se han transformado en un plebiscito respecto a la gestión del Presidente de turno. Pero en este caso, el rechazo a la figura de Donald Trump una vez más no se plasmó en los votos.

De esta manera, el mandatario republicano podía respirar aliviado porque su partido logró mantener su mayoría en el Senado.

En la jornada electoral se renovaron la totalidad de los 435 escaños de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, compuesto por 100 escaños.

En la lucha por la Cámara Alta, el camino se les hizo cuesta arriba a los demócratas al perder en Indiana, pese a que sus senadores fueron reelectos en estados como Massachusetts, Ohio, Delaware, Rhode Island, Connecticut, Nueva Jersey, Wisconsin y Nuevo México, entre otros. A su vez, el Partido Republicano ganó sin problemas en estados como Florida, Kentucky y Utah. En el caso de Texas, históricamente republicano, la pelea fue voto a voto, aunque finalmente se impuso el exprecandidato presidencial, Ted Cruz frente a su rival demócrata, el exrockero Beto o'Rourke.

En la Cámara de Representantes, las nuevas cartas del Partido Demócrata, especialmente mujeres, hacían historia. Tal era el caso de Rashida Tlaib, la primera musulmana electa para el Congreso, representando a Detroit y Alexandria Ocasio-Cortez, que será la congresista más joven, con tan solo 28 años. Ocasio-Cortez es hija de puertorriqueños, fue camarera y trabajó codo a codo con Bernie Sanders, el exprecandidato demócrata.

Los estadounidenses volvieron a las urnas en medio de un ambiente de gran polarización, pero también justo cuando la economía repunta, con un desempleo de apenas 3,7%, lo que ha beneficiado a Trump. Se esperaba una participación histórica de 45%.

Voto joven

The Associated Press explicó que usualmente las elecciones legislativas tienen una participación por debajo del 40%, una cifra mucho menor que en las presidenciales, donde alcanza cerca del 60%.

Según el diario USA Today, una de las razones por las que se ha registrado esta alta votación anticipada es porque "finalmente los jóvenes fueron a votar". En este sentido, la cadena CNN reportó que el 16% del electorado votaba por primera vez.

Una muestra de la alta participación esperada fueron las extensas filas, algo que llamó la atención de los analistas. El experto en participación de la U. de Florida, Michael McDonald, señaló que en Kentucky un colegio electoral se quedó sin votos. "¡Los funcionarios electorales debieron haber previsto que la participación sería alta!", reclamó.