El Despacho Oval redecorado del presidente Donald Trump incluye un retrato de Benjamin Franklin y una pintura fresca de Andrew Jackson, parte de una remodelación del espacio de oficinas más exclusivo de Estados Unidos el día de la toma de posesión.
El lunes, alrededor de las 3:30 p.m., poco después de que Trump asumiera el cargo, los asesores de Trump le dieron a The Wall Street Journal y a un fotógrafo una mirada exclusiva a la oficina.
Una bandeja de bolígrafos estaba lista en el Escritorio Resolute para que Trump firmara las órdenes ejecutivas. Un botón de valet que Trump usó famosamente para pedir Coca-Cola Light estaba listo para funcionar.
Al igual que hace cuatro años, un retrato de George Washington cuelga ahora sobre la chimenea, que está flanqueada por los retratos de Alexander Hamilton, el primer secretario del Tesoro del país, y Thomas Jefferson, el tercer presidente del país. Un busto de Winston Churchill reposa sobre una mesa cerca de la chimenea, en el mismo lugar donde Trump lo tenía originalmente antes de que el presidente Joe Biden lo sacara de la Oficina Oval cuando asumió el cargo en 2021. Un busto de Martin Luther King Jr., cuya imagen tanto Biden como Trump mostraron en la Oficina Oval, permanece.
También hay nuevas figuras de águilas plateadas sobre la repisa de la chimenea.
La Oficina Oval es quizás el entorno más emblemático de la Casa Blanca, diseñado para transmitir la grandeza y el poder de la presidencia al mundo. Es el escenario de reuniones con jefes de Estado extranjeros, conversaciones sobre cuestiones de fondo con líderes del Congreso y donde los presidentes se dirigen a la nación en momentos particularmente históricos.
“Nos encanta la Oficina Oval”, dijo Trump el lunes durante una aparición en el Capital One Arena en el centro de Washington. “Las guerras comienzan y terminan allí. Todo comienza y termina en la Oficina Oval”.
A diferencia de otras salas de reuniones de trabajo en el complejo de la Casa Blanca, los presidentes tienden a personalizar la oficina, seleccionando arte y artefactos que enfatizan sus valores y los objetivos de su administración. Cuando cada nuevo presidente asume el poder, su oficina recién remodelada sirve como recordatorio del cambio de administración.
La versión Trump 2.0 del retrato de Jackson proviene de la colección de arte de la Casa Blanca. En su primer mandato, Trump tenía un retrato del séptimo presidente que estaba en préstamo de la Academia Naval de Estados Unidos, explicó un asistente de la Casa Blanca.
Biden trajo el retrato de Benjamin Franklin a la Oficina Oval para significar su enfoque en la ciencia. Y Trump lo conservó.
La redecoración de la Oficina Oval durante una transición de poder presidencial se lleva a cabo en apenas unas horas. El personal realizó los cambios cuando Biden todavía estaba en el edificio.
A las 10:58 a.m., la alfombra azul que utilizó Biden había sido reemplazada por una más neutral que Trump había tenido anteriormente en su Oficina Oval. Se tuvieron que desmontar piezas del enorme Escritorio Resolute para poder colocar la alfombra debajo, dijeron los asistentes de la Casa Blanca.
Otros presidentes, incluido Ronald Reagan, han colgado la imagen de Jackson en sus despachos ovales. Pero a Trump le tiene un cariño especial, ya que también llegó al poder gracias a una ola populista y antiestablishment y luego reformó su partido a su propia imagen.
En ocasiones, la pintura generó sus propios titulares: en 2017, algunos líderes nativos americanos se enojaron porque el retrato de Jackson, cuyas acciones en el cargo llevaron a reubicaciones forzadas de indígenas que provocaron miles de muertes, fue el telón de fondo de una ceremonia en el Despacho Oval en la que Trump honró a los Hablantes de Código Navajo.
Debajo del cuadro de Jackson hay una escultura llamada “The Bronco Buster” de Frederic Remington, que también adornó el primer Despacho Oval de Trump.
Trump reemplazó un busto de Robert F. Kennedy que Biden tenía en un lugar destacado cerca de la chimenea, donde a menudo lo fotografiaban detrás de Biden. Sin embargo, la familia Kennedy no está excluida del gobierno: el gabinete de Trump incluirá al hijo de Kennedy, Robert F. Kennedy Jr., a quien Trump ha elegido para dirigir el Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Las banderas militares de cada rama del servicio han vuelto a colocarse en la Oficina Oval; se habían retirado durante el mandato de Biden.
Como la mayoría de los presidentes, tanto Biden como Trump utilizaron el Escritorio Resolute, un regalo de 1880 de la reina Victoria al presidente Rutherford B. Hayes, por lo que no hay cambios allí. Está hecho de madera de roble blanco y caoba del HMS Resolute, un buque de guerra británico utilizado para la exploración del Ártico.
Cuando Biden se mudó en 2021, conservó las cortinas doradas que Trump utilizó durante su primer mandato, por lo que no fue necesario cambiarlas.
En una pequeña mesa cerca del Escritorio Resolute hay fotografías enmarcadas de miembros de la familia de Trump, incluido uno de sus tres hijos mayores con traje de noche formal. Otra lo muestra con su hija Ivanka cuando era niña. Y hay una imagen de Trump con su esposa, Melania, sosteniendo a su hijo Barron cuando era un bebé. Las estanterías incluían volúmenes del novelista estadounidense Nathaniel Hawthorne.
Más temprano ese día, los asistentes quitaron fotos gigantes que colgaban de las paredes en algunos pasillos del Ala Oeste, dejando marcos dorados vacíos en las paredes a la espera de imágenes con la temática de Trump.
Cuando Biden llegó al poder, encargó a su hermano James, junto con el historiador Jon Meacham, que trajeran a la oficina artefactos que fueran significativos. Entre ellos, un enorme retrato del héroe progresista, el presidente Franklin D. Roosevelt, que Biden colgó sobre la chimenea para simbolizar un momento en el que el país enfrentó múltiples crisis. Eso ya no existe.
Los presidentes pueden seleccionar obras de arte de la colección de la Casa Blanca, de las vastas existencias del Smithsonian o pedir prestadas obras de otras instituciones. Pero incluso el hombre más poderoso del mundo debe hacer concesiones: las paredes curvas de la Oficina Oval implican que existe un límite práctico de tamaño sobre qué obras de arte se pueden colgar cómodamente sin que se vean raras, dijeron los diseñadores anteriores.
La Oficina Oval de Trump, y gran parte del Ala Oeste, se renovaron a los pocos meses de su primer mandato. El papel tapiz a rayas que adornaba las paredes durante el mandato de Barack Obama fue reemplazado por un revestimiento de pared con estampados blancos que Trump seleccionó él mismo. Eso sigue ahí.
Más allá de las pinturas y las estatuas, los presidentes suelen añadir otros toques que son reveladores. A Obama le gustaba tener un bol de manzanas en una mesa de café cerca de la chimenea. Biden tenía galletas con chispas de chocolate a mano fuera de la Oficina Oval.
El lunes, esa mesa incluía un ramo de flores junto con un pisapapeles cuadrado dorado grabado con la palabra Trump.
