Círculos afines a la oposición a la junta militar que gobierna Birmania han denunciado la muerte bajo custodia de dos activistas políticos, incluida la conocida activista Ma Noble Aye.
Medios afines al Gobierno militar han informado de que Ma y Ko portaban cinco armas de fuego, incluidas una pistola, un fusil y un fusil de francotirador, así como 2.600 balas.
Ma y Ko Lay Khwin fueron detenidos por los militares el pasado 29 de enero en un control en Waw, en la región de Bago, por transportar armas para la insurgencia prodemocrática, según recoge el portal de noticias Irrawaddy.
En la noche del jueves la familia de Ma fue informada por el Ministerio del Interior y un diputado regional de la muerte de la activista, según ha relatado un hermano de Ma, Ko Htet Myat, en declaraciones al portal
Fuentes de las milicias rebeldes han indicado que los dos detenidos fueron interrogados en la base del 901ª Mando de Artillería. Ambos habrían muerto el 8 de febrero tras ser tiroteados. Los cuerpos fueron incinerados en secreto en un hospital.
Ma, de 49 años, fue condenada a 42 años de prisión en 1998 por protestar contra el Gobierno. Fue liberada en la amnistía de 2005, pero dos años más tarde volvió a prisión por participar en la Revolución del Azafrán. También participó en las protestas contra el golpe de Estado de 2021 desde la clandestinidad.
El golpe de Estado del 1 de febrero de 2021 fue perpetrado por el Ejército para anular los resultados de las elecciones generales de noviembre de 2020, en las que la Liga Nacional para la Democracia (NLD) de Aung San Suu Kyi se hizo con la mayoría parlamentaria, argumentando que había habido fraude, una afirmación cuestionada por observadores internacionales.
La asonada fue el inicio de una dura campaña de represión contra opositores, activistas y manifestantes. La Asociación de Asistencia a Presos Políticos (AAPP) estima que más de 26.128 personas han sido detenidas desde el golpe de Estado, de las cuales 20.128 siguen encarceladas. Además, la AAPP cifra en 4.545 los fallecidos como consecuencia de la acción violenta de las fuerzas militares desde la asonada.