Este martes, los aspirantes a la nominación presidencial republicana se enfrentarán en la segunda contienda de su carrera a la Casa Blanca en New Hampshire, al noreste de Estados Unidos. Estas primarias son una prueba para el estatus de favorito de Donald Trump, quien ganó cómodamente la primaria en la región en 2016; mientras que para Nikki Haley, son el desafío de que el electorado moderado e independiente la sitúe por encima del exmandatario en el llamado “Estado de Granito”. El retiro de la carrera presidencial por parte del gobernador de Florida, Ron DeSantis, conocido este domingo, allana el camino para Trump de cara a las primarias republicanas.
De acuerdo con Erin O’Brien, cientista política y académica de la Universidad de Massachusetts Boston, es muy probable que gane Trump, pero no como lo hizo en los caucus de Iowa la semana pasada, ya que, ahora la primaria es abierta y organizada por el Estado, por lo que pueden votar tanto republicanos como demócratas e independientes. “Cuando las personas se registran para votar ponen una R al lado de su nombre. Mientras que en New Hampshire, las personas independientes, que no se afilian a ningún partido, pueden votar en las primarias republicanas. En Iowa eso no puede suceder”, explica.
“New Hampshire no es tan seguidora de Trump como Carolina del Sur o Iowa, por lo que siempre es una cuestión de si aparecen esos independientes y es muy difícil en las encuestas, porque en las encuestas estás tratando de descubrir un evento futuro. Ya sabes, va a hacer frío, habrá nieve y cosas así. Pero supongo que si tuviera que apostar, diría que Trump resultará primero y Haley terminará cercana segunda. Pero New Hampshire puede sorprendernos. New Hampshire no ha votado por los republicanos en las elecciones generales desde George W. Bush”, explicó O’Brien a La Tercera.
Los últimos resultados de las encuestas estadounidenses sugieren que Donald Trump vencerá con un margen significativo en las primarias presidenciales republicanas en New Hampshire. Hasta este domingo, la candidata republicana y exembajadora de la ONU, Nikki Haley, aumentó su popularidad en New Hampshire, con un 35,3% de apoyo, pero aún se encontraba detrás del expresidente Donald Trump, que contaba con 50,3% de apoyo, según RealClearPolitics. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, que desplazó a Haley en el segundo puesto en los caucus de Iowa, tenía sólo el 6,3% de las preferencias.
Según O’Brien, Haley enfrenta un dilema con estas primarias republicanas, ya que aunque normalmente podría desafiar a Trump, actualmente está preocupada por su futuro político debido a la influencia del expresidente en el partido. Haley competirá en New Hampshire y luego en Carolina del Sur, su estado natal, esperando obtener un impulso. Sin embargo, teme las represalias y la posibilidad de convertirse en un blanco político si desafía al expresidente.
“Todo el mundo piensa que Trump es imbatible, hasta que lo vencen. Es percibido como imbatible entre los republicanos. Y si Nikki Haley puede alcanzarlo en New Hampshire o quedar muy cerca, ella cuenta con que la gente lo mire dos veces y piense ‘este tipo tiene 90 cargos federales’, o ‘está en la Corte todo el tiempo’, o ‘es un negacionista de las elecciones y causó un motín’. Entonces tal vez algunos votantes más republicanos digan: ya sabes, esto es inaceptable. Entonces Haley espera que eso sea lo que suceda”, explicó la cientista política.
Haley, cuya campaña dijo haber recaudado 24 millones de dólares durante el último trimestre de 2023, está invirtiendo tiempo y dinero en New Hampshire, donde colocó un anuncio publicitario en el que se presenta como la mejor opción para evitar que noviembre sea una revancha entre Trump y el presidente demócrata Joe Biden. “La mayoría de los estadounidenses piensa que tener dos octogenarios aspirando a la presidencia no es lo que ellos quieren”, dijo Haley.
Según destaca Univisión, Haley había evitado criticar de manera personal al exmandatario republicano, alegando que estaba cansada de que, debido a la polarización, las personas quieren que ella “odie a Trump o ame a Trump”.
Pero este sábado se refirió de forma muy concreta a la capacidad mental del magnate luego de que él pareció confundirla en varias ocasiones con la demócrata Nancy Pelosi durante un evento de campaña. “Me mencionó varias veces en ese escenario. Lo que me preocupa, (y) no estoy diciendo nada derogatorio, pero cuando lidias con las presiones de la presidencia, no podemos tener a alguien más a quien cuestionemos si está mentalmente apto para hacer esto. No podemos”, agregó.
Muchos republicanos todavía respaldan a Trump, lo que complica la situación para la candidata y más aún en Carolina del Sur, su estado natal. El pasado viernes, Tim Scott, senador de ese estado, manifestó su apoyo a Trump, según consignó CNN. Esto podría ser un golpe significativo para la campaña de Haley, dado que la carrera primaria se trasladará allí después de New Hampshire. Sin embargo, la candidata cuenta con el respaldo del gobernador de New Hampshire, Chris Sununu.
O’Brien comenta a La Tercera que si bien el respaldo de Sununu es influyente, podría no ser suficiente para superar el apoyo significativo que tiene Trump de cara a las primarias de New Hampshire. “Chris Sununu es definitivamente republicano, pero no es republicano de Trump. No le gusta Trump. Cree que Trump es malo para Estados Unidos. Y por eso ha respaldado firmemente a Nikki Haley. Él y su familia son populares en New Hampshire”, explica la experta, en alusión a que el padre del gobernador, John H. Sununu, también fue gobernador de la región y además fue jefe de gabinete de la Casa Blanca durante la presidencia de George H. W. Bush.
Las primarias de New Hampshire se producen ocho días después de los caucus republicanos de Iowa, dominados por el expresidente Donald Trump, donde obtuvo el 51% de los votos. Allí, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, obtuvo un 21,2%, superando a la exembajadora de la ONU, Nikki Haley, que logró un 19,1%.
Previo a conocerse la decisión de Ron DeSantis este domingo, O’Brien había proyectado que lo más probable era que él se retirara de la campaña tras las primarias de este martes y manifestara su respaldo a Trump en vez de a Haley.
“Trump lo ha avergonzado antes, se burló de DeSantis. Pero Ron DeSantis quiere volver a postularse. Quiere un futuro político. Entonces, ya sabes, es como volver con un mal novio. Creo que a DeSantis probablemente le guste un poco más Nikki Haley, pero tiene que ser amable con Donald Trump porque entonces Trump podría volver a ser amable con él y no arruinará su futuro en el partido. Todos tienen miedo de enfrentarlo”, sostiene la académica de Massachusetts.
En efecto, DeSantis anunció este domingo que se retira de la carrera presidencial y que apoya a Donald Trump. Una decisión que no representa una sorpresa, pero que es una gran noticia antes de las primarias de New Hampshire para decidir candidato republicano de cara al enfrentamiento en noviembre por la Casa Blanca contra el actual presidente Joe Biden.
“Hoy suspendo mi campaña. Estoy orgulloso de haber cumplido el 100% de mis promesas y no voy a parar”, afirma en el video del anuncio de su retirada. “Ahora, tengo claro que la mayoría de los votantes de las primarias republicanas quieren darle otra oportunidad a Donald Trump”, añade.
“Trump es superior al actual titular, Joe Biden. Eso está claro. Firmé un compromiso para apoyar al candidato republicano y cumpliré ese compromiso. Tiene mi respaldo porque no podemos volver a la vieja guardia republicana de antaño”, señala. DeSantis acompaña el video de su retirada con una cita de Winston Churchill: “El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatal: lo que cuenta es el valor para continuar”, reza.
Hace un año, cuando DeSantis entró en campaña, recuerda el diario El País, aparecía como un rival formidable para Trump. Las primeras encuestas de las primarias sugerían que estaba en una posición fuerte como para desafiar al expresidente, especialmente después de su éxito arrollador en la reelección como gobernador de Florida en noviembre de 2022.
Pero DeSantis chocó pronto de lleno con la realidad. Empezó con mal pie la campaña con un anuncio plagado de fallas técnicas y luego no resistió los ataques de Trump ni fue capaz de sobresalir en los debates entre candidatos. Perdió por 30 puntos porcentuales frente a Trump los caucus de Iowa, que había prometido ganar y que lo favorecían por tratarse de un Estado conservador y religioso, y no tenía ninguna posibilidad tampoco en Nuevo Hampshire.
DeSantis voló a casa a Tallahassee (Florida) a última hora del sábado después de hacer campaña en Carolina del Sur. Se esperaba que apareciera en un acto de campaña en New Hampshire el domingo por la tarde, pero una persona familiarizada con el asunto dijo que ya no era el caso. Su campaña ya es historia y su futuro político, una incógnita. Tal vez vuelva a intentarlo en 2028.