El viernes 11 de marzo de 2011, Japón se convirtió en el epicentro de la atención mundial. Ese día, tras el terremoto grado 9 en la costa noreste del país y un posterior tsunami con olas de hasta 15 metros, se produjo en Fukushima el segundo accidente nuclear más grave de la historia después del de Chernobyl en 1986. A ocho años de aquel incidente en Japón, la atención se vuelve a volcar en ese país, esta vez por los residuos de agua contaminada que podrían ser vertidos al mar.

Las primeras fallas técnicas en el sistema de la central nuclear de Fukushima I o Daiichi se registraron el mismo día del terremoto, con la paralización de los sistemas de refrigeración de dos reactores y de cuatro generadores de emergencia. Aquello provocó que tres de los seis reactores sufrieran fusiones parciales y, con ello, fugas radiactivas. Uno de los reactores también resultó dañado por las explosiones de hidrógeno.

El caos fue inmediato y en un radio de 20 kilómetros se ordenó la evacuación de más de 100 mil personas, quienes aún no pueden volver a sus hogares.

¿Hacia el mar?

Pero lo que ocurrió casi una década atrás ahora vuelve a provocar controversia. El plan para enfriar los reactores corre contra el tiempo. Se estima que para 2022 ya no quedará espacio en los tanques que almacenan el agua radioactiva que se acumula ahí y que proviene de los reactores dañados. A la fecha, la compañía propietaria de la central, Tokyo Electric Power Company (Tepco), ya ha utilizado más de un millón de toneladas de agua para enfriar los reactores derretidos.

La advertencia ya venía haciendo eco en Japón y esta semana el exministro de Medio Ambiente Yoshiaki Harada, quien días atrás dejó su cargo debido a un cambio de gabinete, señaló que "creo que no hay más opción que verterla al mar". Por el momento, el gobierno nipón no ha comunicado otra estrategia.

Las consecuencias

Sin embargo, el tema de qué hacer con esa agua que recoge los desechos radiactivos de los reactores aún debe ser discutido por el Ejecutivo, pero los dichos de Harada encendieron las alertas en la industria pesquera y en la vecina Corea del Sur.

"Las medidas de seguridad que hemos tomado y nuestros esfuerzos de promoción de ventas se romperían instantáneamente, y nuestros negocios serán destruidos", señaló Takayuki Yanai, un funcionario de una cooperativa pesquera citado por The Japan Times.

Además, en agosto Surcorea convocó a un alto funcionario de la embajada japonesa para que explicara cómo el país lidiaría con el líquido. Seúl también dijo que espera que Japón "tome una decisión sabia y prudente".

En 2018, Tepco reconoció que el agua de estos tanques contiene tritio y otros contaminantes. Para "limpiar" esta agua, la empresa debe bombearla con el fin de extraer los 62 radioelementos peligrosos (cesio, estroncio o antimonio, entre otros) y luego almacenarla. Sin embargo, el tritio no puede ser removido y por eso el agua debe estar almacenada.

De todas formas, los expertos sostienen que este isótopo se diluye rápidamente y no representa un riesgo para los seres vivos. Según el Organismo Internacional de Energía Atómica, es común que las plantas nucleares viertan tritio en los océanos.

"Un millón de toneladas suena a que es un gran volumen. Y sí lo es, pero aun así es solo una billonésima parte del volumen del agua en el Pacífico", sostuvo a la BBC Chary Rangacharyulu, experto en física nuclear de la U. de Saskatchewan (Canadá). Otro experto en seguridad nuclear de la U. de Stanford, Rodney Ewing, aseguró que "el titrio tiene una vida relativamente corta", y que permanece durante unos 12 años, por lo que en unos 120 años, más del 99% se habría descompuesto.

Sin embargo, los científicos indican que es importante asegurarse de que no haya otros elementos radiactivos antes de tirar el agua al océano.

Aunque el gobierno nipón no ha tomado ninguna decisión al respecto, el organismo japonés regulador de la energía nuclear -que anunció la semana pasada nuevas investigaciones para examinar las fugas en los recipientes del reactor y en los sistemas de enfriamiento- ya dio su visto bueno a la posibilidad de verter esta agua al mar. En tanto, este jueves tres exdirigentes de Tepco fueron absueltos de responsabilidades ante la catástrofe nuclear, por la que arriesgaban cinco años de cárcel.

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