El primer ministro británico, Boris Johnson, fue acusado este miércoles por su exconsejero Dominic Cummings de haber demorado en darse cuenta de la dimensión de la pandemia de Covid-19, por lo cual gestionó en forma “desastrosa” la crisis.

Ante una comisión parlamentaria el controvertido estratega político asumió también su parte de responsabilidad en los “errores” cometidos a principios del año 2020 tras la aparición del nuevo coronavirus.

“La verdad es que ministros, altos funcionarios y asesores como yo no hemos estado a la altura, de manera desastrosa, de lo que el público espera de su gobierno en una crisis como esta”, dijo Cummings.

Pero pasado el ‘mea culpa’ y sus lamentos por no haber dado “la voz de alarma” antes, el exasesor pintó un cuadro lamentable del poder en este período, con una alta administración desprevenida y ciega ante el deterioro de la situación, el gobierno ocupado por el enfado de la compañera de Johnson con un artículo sobre su perro y un ministro de Salud acusado de mentiroso.

Johnson veía la pandemia de Covid-19 como una “historia para atemorizar”, afirmó Cummings, que insinuó que el primer ministro consideró la posibilidad de hacerse contagiar en directo en la televisión para mostrar que no “había nada que temer”.

Hasta marzo de 2020, Johnson consideraba que el verdadero riesgo del virus era ante todo económico más que sanitario, añadió Cummings, juzgando que “evidentemente” el Reino Unido debería haberse confinado desde la primera semana de marzo de 2020, dos semanas antes de que se hiciera el 23.

Johnson asume

Interrogado en el Parlamento sobre estas acusaciones, Johnson declaró asumir “la plena responsabilidad” de la gestión de la pandemia, calificando esta crisis como “una de las más difíciles” atravesadas por el país durante mucho tiempo y afirmando que siempre había seguido el consejo de los científicos.

Seis meses después de su partida en un contexto de luchas internas, Cummings, autor intelectual de la victoriosa campaña del Brexit en 2016 y artífice de la brillante victoria de Johnson en las elecciones legislativas de diciembre de 2019, se muestra ahora despiadado con el primer ministro.

Sin embargo, Cummings eludió en dos ocasiones responder a la pregunta sobre si era cierto, como afirman varios medios de prensa, que Johnson dijo que “prefería ver miles de cuerpos amontonados” antes de ordenar un tercer confinamiento.

Según la prensa, Johnson pronunció esta frase después de haber decidido, tardíamente, decretar un segundo confinamiento el otoño pasado. En enero terminóordenando un tercero, levantado progresivamente en primavera.

Mentiras “reunión tras reunión”

Los ataques más violentos del exasesor fueron dirigidos contra el ministro de Salud, Matt Hancock, que, según él, debió ser “despedido” por “al menos 15, 20” motivos, “principalmente por haber mentido en numerosas ocasiones, reunión tras reunión”, y públicamente”.

Ante los diputados, Cummings también afirmó que, pese a su rechazo, el gobierno británico buscaba la “inmunidad colectiva”, objetivo considerado entonces “inevitable” y que consiste en dejar a la mayoría de la población desarrolle resistencia tras contraer la enfermedad.

Este enfoque fue abandonado a inicios de marzo de 2020, una vez que el gobierno advirtió que llevaría a una “catástrofe”.

Ampliamente criticado por sus retrasos desde el comienzo de la pandemia, Johnson exalta actualmente el éxito de la campaña de vacunación. En apenas seis meses, más del 72% de los adultos tienen la primera dosis en el país más afectado por el virus en Europa, con cerca de 128 mil muertos.

Y el alcance de los ataques de Cummings en la opinión podrían ser limitados para Johnson en vista de su reputación como un hombre del orden con métodos agresivos y de sus violaciones al confinamiento el año pasado.

Según una encuesta de YouGov publicada el sábado en el Times, sólo 14% de los electores confían en que Cummings dice la verdad, contra 38% que le creen al primer ministro.