Mientras el grueso de la caravana centroamericana que el pasado 12 de octubre partió desde San Pedro Sula, en Honduras, rumbo a Estados Unidos se encontraba ayer camino a Guadalajara, un grupo de al menos 80 migrantes descolgados llegó la tarde del domingo hasta la ciudad fronteriza de Tijuana, en Baja California.
Se trata de miembros de la comunidad de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (LGTB) -en su mayoría procedentes de Honduras- quienes se movilizaron a través de diferentes vehículos para ser los primeros en solicitar asilo al gobierno de Donald Trump.
"Todos llevan la intención de pedir asilo", dijo a La Tercera Bartolo Fuentes, el periodista hondureño acusado por el gobierno de ese país de instar a los migrantes a viajar a Estados Unidos Además, según explica Fuentes, los de la comunidad LGTB "salieron en buses desde Ciudad de México y los están apoyando instituciones de Estados Unidos (...)". "Son de Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Honduras", agregó.
En caso de no conseguir ingresar a Estados Unidos, Fuentes señala que no hay claridad de lo que le depara a la caravana. "Eso no lo sé", indicó. Sin embargo, advirtió que "la vez pasada, en abril-mayo, solicitaron asilo como 30 y aceptaron a casi todos".
La ruta migratoria
En cuanto al contingente principal de la caravana que ayer salió desde la ciudad de Irapuato, en el centro de México, con destino a Guadalajara, es decir a unos 2.119 kilómetros de San Pedro Sula, varios hicieron dedo para conseguir que alguien los lleve rumbo al norte.
La gran mayoría ha conseguido vehículos de transporte para evitar realizar el trayecto a pie, pero el frío se ha convertido en su principal enemigo. Durante las noches, las mínimas en esa zona oscilan entre los 3 y 5 grados.
Como parte de la ruta, se esperaba que la caravana volviera a reunirse en la carretera Zapotlanejo, para dormir en el auditorio Benito Juárez en Zapopan, Jalisco. Y es que hasta ahora, como parte del plan "Estás en tu Casa", anunciado el pasado 27 de octubre por el gobierno de Enrique Peña Nieto, las autoridades mexicanas han ayudado a los migrantes a conseguir transportes y camiones que los trasladen para evitar los accidentes en ruta.
A este ritmo, se estima que el gran grupo de la caravana se acerque a Tijuana entre los próximos ocho o diez días. Pero ni las autoridades ni los expertos han entregado datos oficiales con respecto al trayecto.
Reglas más duras
Durante los últimos días y en el marco de elecciones legislativas del pasado 6 de noviembre en Estados Unidos, el gobierno de Donald Trump endureció las reglas de solicitud de asilo para los migrantes que crucen a ese país desde México. Con la nueva orden ejecutiva, se expulsará de manera inmediata a los extranjeros que ingresen en forma ilegal por la frontera.
La norma entró en vigor de manera inmediata y se ampara en la Ley de Inmigración de Estados Unidos -en la sección 212- que describe las causas de inadmisibilidad a ciertos migrantes. "Las personas pueden venir, pero deben hacerlo por los puertos (legales) de entrada", dijo Trump el viernes en una conferencia en la Casa Blanca.
De acuerdo a lo anterior, si los centroamericanos intentan llegar a Estados Unidos a través de un punto no autorizado, serán arrestados y no podrán recibir asilo ni permanecer al interior de ese país.
Mientras tanto y ante la llegada de los 6.000 migrantes que por estos días atraviesan México, 5.200 militares estadounidenses se desplegaron en la frontera con el objetivo de desarrollar un plan de vigilancia para resguardar el territorio.
Con todo, y de acuerdo con información difundida por la prensa mexicana, si el grupo de los adelantados no consigue asilo en Estados Unidos, varios de ellos intentarán permanecer en Tijuana, insistiendo en que sus vidas corren peligro en sus países de origen, al ser víctimas de violencia, inseguridad y discriminación.
Pero esta noticia no fue bien recibida por los vecinos de la costa de Coronado, en Tijuana, quienes salieron a las calles a protestar por la llegada de los migrantes a esa zona. "Aquí no son bien recibidos. Vienen, se establecen en una zona residencial donde vivimos en paz con nuestros hijos", dijo Patricia Juárez, representante de la asociación de vecinos de Playas de Tijuana a EFE, mientras algunos de los extranjeros se instalaban en lo que sería su nuevo hogar por un par de días.