Un grupo de encapuchados provocó este viernes un incendio que causó severos daños a la embajada de Estados Unidos en Honduras, en el marco de una multitudinaria protesta contra reformas a la educación y salud.
Bomberos llegaron a sofocar el fuego cuando había sido prácticamente destruido el portón de hierro de la delegación, sin causar daños a la estructura del edificio, donde no se presenció resguardo policial externo.
El portavoz policial, Jair Meza, informó a medios locales que un sospechoso del incendio, identificado como Rommel Valdemar Herrera, de 23 años, fue detenido por las autoridades.
Pero familiares del arrestado acudieron con otras personas más tarde a la sede policial donde se encuentra a gritar "libertad, libertad". El padre, que no se identificó, argumentó que no hay pruebas en contra del joven.
La embajada de Estados Unidos en Honduras había llamado en un comunicado a "todos los hondureños que se abstengan de actos de violencia" y a "lograr a través de diálogo consensos que beneficien a todos".
La protesta fue organizada por agrupaciones de médicos y educadores, con apoyo de estudiantes. Los manifestantes culparon a "infiltrados del gobierno" por los daños a la embajada.
"Nosotros estamos en la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OANUDH) para denunciar que los infiltrados del gobierno son los que están haciendo los destrozos en la embajada americana y otros lugares", dijo a la agencia AFP la presidenta del Colegio Médico Hondureño, Suyapa Figueroa.
"Tenemos evidencias como videos de los infiltrados del gobierno para criminalizar las protestas", añadió la dirigente.
La OACNUDH llamó en un comunicado a que los organizadores de las manifestaciones no deben considerarse "responsables del comportamiento violento de otras personas".
Asimismo, manifestó su "preocupación por el gran uso de gases lacrimógenos" y "la utilización de armas de fuego por parte de fuerzas de seguridad que resultaron en (dos) personas heridas".
Miles de médicos, docentes y estudiantes salieron este viernes a las calles para exigir al gobierno de Juan Orlando Hernández la derogación de dos decretos que, a su juicio, privatizan los servicios de salud y educación y facilitan los despidos masivos en esos sectores.
Unos 10 mil manifestantes que salieron de Instituto Jesús Milla Selva en el este de Tegucigalpa fueron atacados al comenzar su recorrido con bombas lacrimógenas por policías.
En otras regiones del país se registraron bloqueos de vías con piedras, palos y neumáticos encendidos. En algunos lugares fueron reprimidos con gases.
El gobierno llamó a los gremios a iniciar un diálogo la noche del viernes, pero estos no se presentaron pues reclaman que primero se deroguen los decretos.