Luego de 32 años de liderazgo, la época de Hassan Nasrallah al frente de Hezbolá llega a su fin de la misma manera que en el pasado: con un asesinato de Israel. Un golpe monumental y enormemente desmoralizante para la agrupación chiita, que podría significar un punto de inflexión para la historia de Líbano, y tener consecuencias graves para la región.

La muerte de Hassan Nasrallah, anunciada este sábado por Hezbolá, fue lamentada y celebrada por distintos elementos del mundo árabe, ya que se trataba de un hombre divisivo en la política de Medio Oriente. A sus 64 años, el clérigo estaba a la cabeza de la fuerza paramilitar más poderosa del mundo, considerada por Estados Unidos como un grupo terrorista.

Mientras la pregunta por el sucesor de Nasrallah aún no está clara del todo, queda por ver cómo Irán, Hamas y el mismo grupo libanés van a reaccionar a este golpe israelí. Algunos temen que esto abra una guerra total en Medio Oriente, que implique a Teherán y, consigo, a Estados Unidos.

El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, en una declaración en noviembre 2013. Foto: Archivo

Nasrallah no murió solo: en esta última semana, Israel ha estado llevando a cabo una operación en profundidad en el sur de Líbano, y según indicó el Ejército, ya han asesinado a siete grandes líderes de Hezbolá. Entre estos muertos, hay miembros fundadores del grupo que llevaban décadas evadiendo detenciones. El ejército dijo el domingo que mató a Nabil Kaouk, número dos del Consejo Central de Hezbolá, en un bombardeo el sábado.

De todos modos, la muerte del cabecilla principal es un golpe severo al grupo, y Hezbolá va a necesitar tiempo para absorber el golpe y recobrarse. “El asesinato de Nasrallah es un revés significativo para Hezbolá, no solo por el papel fundamental que desempeñó en la estrategia del grupo, sino también porque su eliminación revela el alcance de la vulnerabilidad del grupo frente a Israel”, indicó a France 24 Lina Khatib, miembro asociado de Chatham House, un grupo de expertos en asuntos internacionales.

Además de los líderes, entre el 17 y el 18 de septiembre, 1.500 militantes del grupo resultaron mutilados luego de la explosión coordinada de miles de beepers y walkie talkies, que habían sido hackeados por Israel con tal fin. De todos modos, no se trata de un golpe fatal a la agrupación, que contaba con al menos 40 mil miembros antes de 2024, según estimaciones norteamericanas.

Al respecto, Reuters destaca que, tras el asesinato de Nasrallah, Hezbolá se enfrenta al enorme desafío de frenar la infiltración en sus filas que permitió a su archienemigo Israel destruir depósitos de armas, colocar trampas explosivas en sus comunicaciones y asesinar al veterano líder, cuyo paradero había sido un secreto celosamente guardado durante años.

Manifestantes llevando un ataúd falso durante un funeral simbólico de Nasrallah en Basora, Irak. Foto: Reuters

El asesinato de Nasrallah en un cuartel general el viernes se produjo apenas una semana después de la detonación mortal de miles de beepers y cientos de walkie talkies de Hezbolá con trampas explosivas, ataques que se atribuyeron ampliamente a Israel, pero que este no ha reivindicado. Su asesinato fue la culminación de una rápida sucesión de ataques que han eliminado a la mitad del consejo directivo de Hezbolá y han diezmado su alto mando militar, agregó la agencia.

Más allá de Hezbolá, Líbano entero ha estado viviendo un aumento del resentimiento y la frustración. Hezbolá, dicen sus críticos, ha privado a Líbano de su soberanía al comportarse como un Estado dentro de otro Estado, tomando decisiones unilaterales que implican guerra y paz en el país.

Entre los cristianos y sunitas, además de algunas partes de la población chiita del país, hay muchos que están en contra de la guerra y de la decisión de Nasrallah de atacar a Israel después de que empezara el conflicto entre Hamas e Israel.

Respecto al principal financista y aliado del grupo, “Irán se encuentra ahora mismo en un dilema político”, señala Firas Maksad, del Instituto de Medio Oriente. “Es evidente que ha querido evitar una confrontación total y directa, dada su antigua preferencia por la guerra asimétrica. Pero, por otro lado, la falta de una respuesta digna, dada la magnitud del evento, solo alentará a Israel a traspasar las líneas rojas de Irán”, aseguró el experto.

Cartel gigante con la cara de Nasrallah en Teherán, Irán. Foto: Reuters

Aunque no se sabe a ciencia cierta quién será elegido por Hezbolá como su nuevo líder, muchos expertos ya apuntan a un “heredero” del poder de Nasrallah: Hashem Safieddine, el actual jefe del consejo ejecutivo en el grupo. Primo de Nasrallah, y compartiendo parecido físico con él, lleva un turbante negro, que lo distingue como descendiente del profeta del islam, Mahoma.

Entre sus labores actuales está la de supervisar el ambiente político en Hezbolá, además de participar en el Consejo de la Yihad, que gestiona las operaciones militares. El Departamento de Estado norteamericano lo designó como terrorista en 2017, y tiene una postura ideológica similar a la de su primo.

La decisión de quién sucederá a Nasrallah aún no está tomada: el Consejo de la Shura se reunirá durante los próximos días para hacer el nombramiento. El anuncio servirá, no solo para saber cómo se llevará el conflicto con Israel, sino también para fortalecer la moral de un grupo fuertemente golpeado.

Peter Beaumont, periodista británico experto en zonas de conflicto para The Guardian, señaló sobre el asesinato de Nasrallah: “Israel ya ha matado a altos miembros de Hamas en el pasado, incluidos sus fundadores clave, el jeque Ahmed Yassin y Abdel Aziz al-Rantisi, ambos en 2004, ninguno de los cuales le proporcionó ninguna ventaja estratégica a largo plazo en lo que respecta a Gaza”.

“La realidad es que pueden pasar meses antes de ver qué impacto significativo habrá tenido para el grupo, si es que hay alguno, la campaña de asesinatos de líderes de Hezbolá, sobre todo debido a los esfuerzos de décadas de Nasrallah para integrarlo en la sociedad libanesa-chiita como un grupo social-proveedor así como una fuerza armada”, escribió el periodista.

El asesinato de Nasrallah también impactó en Gaza: según indicó Al Arabiya, el líder de Hamas, Yahya Sinwar, se reubicó dentro de la Franja de Gaza al enterarse de la muerte del secretario general de Hezbolá. Asimismo, distintos líderes de Hamas han estado decidiendo no comunicarse con funcionarios extranjeros, y cancelando reuniones “hasta nuevo aviso”. Ahora mismo, la comunicación de algunos de ellos se limita a mensajes escritos.