El gobierno de Haití ha presentado su renuncia y el país tiene nuevo primer ministro, anunció el miércoles el presidente, Jovenel Moise, quien agregó que el cambio tiene como objetivo abordar los graves problemas de inseguridad en esta nación en crisis.

“La renuncia del Gobierno, que acepté, permitirá abordar el flagrante problema de la inseguridad y continuar las discusiones con miras a alcanzar los consensos necesarios para la estabilidad política e institucional de nuestro país”, tuiteó Moise.

El nuevo primer ministro es Claude Joseph, agregó, el hasta ahora ministro de Relaciones Exteriores.

El país caribeño, el más pobre del continente americano, sufre un repunte de la inseguridad, particularmente de secuestros para extorsionar y obtener dinero por parte de las pandillas, que gozan de un alto grado de impunidad.

Jovenel Moise, centro de una fuerte ola de contestación por parte de la oposición política y de buena parte de la población haitiana, que exige su marcha, nombra así a su sexto primer ministro en cuatro años de gobierno.

Secuestros y fugas

Último ejemplo de la deriva del país, el secuestro el domingo de diez personas, entre ellas siete religiosas -cinco haitianas y dos francesas-, cerca de Puerto Príncipe. La Iglesia católica haitiana denunció el lunes la falta de acción de las autoridades tras los hechos. Los siete religiosos siguen en manos de su captores.

Otro ejemplo del peligro de anarquía generalizada que planea sobre este pequeño país fue la fuga en febrero de más de 400 detenidos de una prisión en las afueras de la capital, durante la que murieron 25 personas, incluido el director del centro.

Claude Joseph sustituye como primer ministro a Joseph Jouthe, quien es también el presidente del Consejo Superior de la Policía Nacional y que se mostró incapaz, en poco más de un año a la cabeza del gobierno, de hacer frente a este recrudecimiento de la inseguridad.

El presidente, Jovenel Moise, estima que su mandato debe terminar el 7 de febrero de 2022, mientras que para la oposición y parte de la sociedad civil, ya concluyó el 7 de febrero de 2021.

El desacuerdo se debe a que Moise fue elegido en unos comicios anulados por fraude, y reelegido después un año más tarde.

Sin Parlamento activo, Haití se hundió aún más en la crisis durante 2020 y el presidente gobierna por decreto, alimentando la creciente desconfianza haca él.

En este contexto de inestabilidad, Moise decidió organizar en junio un referéndum constitucional, denunciado como un engaño por la oposición.

A finales de marzo, el Consejo de Seguridad de la ONU reclamó a Haití, en una declaración aprobada por unanimidad, que sus preparativos electorales “se hagan con miras a unas elecciones presidenciales libres, equilibradas, transparentes y creíbles en 2021”.

Redactada por Estados Unidos, la declaración subraya también “la necesidad urgente de celebrar unas elecciones legislativas libres, equilibradas, transparentes y creíbles, que han sido retrasadas desde octubre de 2019”