El principal asesor de seguridad nacional del Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el jefe del Gabinete de Seguridad Institucional (GSI), el general en retiro Marco Gonçalves Dias, dimitió este miércoles y su decisión ya fue aceptada por el gobernante.
La salida de Dias, el primer miembro del gabinete del tercer mandato de Lula que cae, se conoce después de que CNN Brasil publicara imágenes del general circulando por Planalto durante los atentados del 8 de enero.
Aunque se conocía la presencia del general en el lugar tras la invasión, las imágenes de GDias, como se le conoce, caminando sin rumbo por el tercer piso del Planalto, empezaron a ser utilizadas por la oposición como señal de que el Gobierno había facilitado de alguna manera la entrada de los invasores.
En el Palacio del Planalto no tienen ninguna duda de que el general retirado no apoyó ni facilitó en modo alguno la invasión. Amigo de Lula desde hace más de 20 años, GDias fue jefe de la seguridad presidencial durante los dos mandatos anteriores del líder.
“Lo que se complicó es que no reveló el alcance de la acción del GSI del 8 de enero”, dijo una fuente de palacio.
Además, las imágenes divulgadas por CNN, y que estarían en el caso que lleva la Corte Suprema, no habrían sido entregadas en su totalidad a la Presidencia de la República.
La presencia de Dias en el Planalto ya era conocida. El general llegó poco después de la invasión y se quedó hasta el arribo de Lula en la noche del día 8, cuando todos los golpistas ya habían sido expulsados y detenidos. La oposición afirma ahora que Dias parece “muy tranquilo” caminando por el tercer piso mientras los invasores seguían en el lugar.
La postura de Dias en las imágenes no sería uno de los motivos de su marcha. Una fuente dijo a Reuters que el general -que consiguió sacar a los invasores de la puerta de la sala de presidencia y cerrar las ventanas de cristal blindado- hizo lo que pudo, solo.
La pregunta ahora es a quién pondrá Lula en el lugar de GDias en el GSI, un puesto estratégico. El general de la reserva aceptó el cargo precisamente porque el presidente no tenía a nadie de confianza entre los militares de alto rango para asumirlo en enero, según la misma fuente de palacio.