Los diputados prodemocracia de Hong Kong anunciaron el miércoles que van a dimitir tras la expulsión de cuatro de sus compañeros, por decisión de las autoridades locales, a las que China dio poder para descalificar a políticos que representen una amenaza para la seguridad nacional.
Estas expulsiones y las dimisiones de los diputados son el último golpe asestado al movimiento prodemocracia de Hong Kong, blanco de constantes ataques desde que China impuso una vasta ley de seguridad nacional en esta excolonia británica devuelta a China en 1997 aunque con un estatuto semiautónomo.
“Nosotros, el campo prodemocracia, apoyamos a nuestros compañeros que han sido descalificados. Dimitiremos en bloque”, dijo Wu Chi-wai, representante de los 15 diputados prodemocracia del parlamento local.
Poco antes, cuatro diputados prodemocracia fueron expulsados de sus bancas en virtud de esta resolución que permite a las autoridades locales dejar sin poder a políticos considerados una amenaza, sin necesidad de pasar por ningún tribunal.
El gobierno hongkonés publicó en un comunicado que los cuatro legisladores en cuestión “perderán de inmediato su título de diputado”.
El Consejo Legislativo (LegCo, el Parlamento local), que vota las leyes en Hong Kong, cuenta con 70 miembros nombrados según complejo sistema que garantiza casi automáticamente una mayoría al bloque favorable a China.
Solo 35 diputados son elegidos por votación directa y los otros son nombrados por grupos socio-profesionales favorables a China. Por tanto, esta dimisión en bloque dejará prácticamente el LegCo en manos de diputados favorables a Beijing.
“Si el respeto de los procedimientos, la protección del sistema y la lucha por la democracia y los derechos humanos merecen la exclusión, es un honor”, dijo el miércoles a la prensa Dennis Kwok, uno de los cuatro diputados expulsados.
“Legales y necesarias”
La jefa del gobierno de Hong Kong, Carrie Lam, consideró que estas expulsiones son “constitucionales, legales, razonables y necesarias”.
Los cuatro diputados formaban parte de las 12 candidaturas a las legislativas de Hong Kong que fueron invalidadas a finales de julio. Estas elecciones, que iban a celebrarse el 6 de septiembre, fueron finalmente postergadas un año, debido a la pandemia del coronavirus.
Los partidarios prodemocracia se sienten aún más acosados tras la entrada en vigor de esta draconiana ley de seguridad nacional, que fue aprobada sin pasar por el Parlamento local. Una de las reivindicaciones de estas protestas era justamente la poder elegir a sus dirigentes y diputados.
La ley es definida por los dirigentes chinos como “una espada” suspendida sobre la cabeza de sus detractores.
La normativa, considerada liberticida por sus detractores, aspiraba a poner fin a las manifestaciones multitudinarias registradas el año pasado reforzando el poder de China sobre Hong Kong.
Entre los castigos previstos por la ley, está la detención por mensajes publicados en las redes sociales. Según sus detractores, la normativa asesta un golpe mortal al principio de “un país, dos sistemas”, que garantizaba hasta 2047 una serie de libertades inéditas en la China continental
Por ello, algunos activistas han decidido partir al extranjero. Desde el inicio de estas manifestaciones, más de 10 mil personas fueron detenidas y en los tribunales se amontonan las acusaciones contra diputados de la oposición y figuras del movimiento prodemocracia.