¿A qué se refiere Iván Márquez al decir que el Estado traicionó el acuerdo de paz?
Por una parte, evidentemente el Estado no ha cumplido lo que se pactó. Hasta hoy la implementación de los acuerdos debería estar mucho más avanzada. Pero lo cierto es que de forma individual Iván Márquez y Jesús Santrich, y los procesos internacionales de narcotráfico, les quitaron el espacio político. Tenían pruebas importantes contra ellos, y al no tener un margen político donde actuar, pues lo único que les quedó fue buscar un repliegue estratégico militar para a futuro buscar otro espacio de negociación. El sistema de justicia ya tenía las pruebas armadas para la extradición.
¿Se esperaba un retorno a las armas por parte de los principales líderes de las FARC?
Sí. Es un proceso que se ha venido desarrollando. Lo que hemos encontrado en nuestras investigaciones fue que, primero, se fue gestando un ala de disidencia en la frontera con Venezuela; después se creó otra importante en la frontera con Ecuador y la tercera fue cuando estos grandes, que tienen un perfil más político, empezaron a reclutar a los líderes militares.
¿Cuáles son las consecuencias inmediatas de este regreso a los fusiles?
Creemos que va a existir una convergencia guerrillera. Ellos están buscando empezar a unir disidencias. Van a generar alianzas para tener mayor control territorial y poder. Lo que van a buscar es generar una capacidad operativa militar, tener un discurso político, pero finalmente el escenario es llegar otra vez a buscar un espacio de negociación y de alguna manera lavar el pasado vinculado al tema de orden de extradición, narcotráfico y demás. Pero este conflicto se va a convertir en un punto muerto, el Estado militarmente no los va a poder derrotar, pero las guerrillas tampoco van a tomar el poder. Es un círculo vicioso que hemos tenido en Colombia, que nunca se llega al punto de quiebre del enemigo.
¿Existe un vínculo entre esta nueva guerrilla y el gobierno de Nicolás Maduro?
Desde la Guardia Nacional venezolana han sido complacientes en crear zonas de retaguardia estratégica para los cuadros de estas guerrillas por un tema ideológico. Ahora, lo que Maduro no ha medido es que se piensa que éstas todavía son organizaciones con lógicas políticas, y realmente son estructuras del crimen organizado transnacional.