"Hemos pillado a un absoluto monstruo y hemos acabado con él". Así justificó ayer Donald Trump la operación contra Qassem Soleimani, muerto el viernes pasado en un bombardeo estadounidense en Irak. Según el inquilino de la Casa Blanca, el general iraní planeaba "hacer estallar" la embajada norteamericana en Bagdad.

Pese a las razones dadas por Trump, la prensa estadounidense aún era cauta al momento de evaluar la operación del Pentágono contra Soleimani y las ganancias para la Casa Blanca tras la muerte del jefe de la temida Fuerza Quds, a la que Teherán respondió con el bombardeo a dos bases de EE.UU. en Irak. "Podría decirse que fue una crisis que él mismo (Trump) creó, al autorizar el asesinato de uno de los principales generales de Irán la semana pasada y amenazar con aniquilar a ese país", escribió ayer The Washington Post.

The New York Times, por su parte, hizo foco en la estrategia de Trump en Irán, que calificó como "un alto el fuego envuelto en una confusión estratégica". Y es que, citado por el periódico, Karim Sadjadpour, un estratega iraní-estadounidense en el Carnegie Endowment for International Peace, señaló que Trump "ciertamente envió mensajes mixtos a Irán". Tras el ataque a las bases de EE.UU. en Irak, el Mandatario anunció "sanciones económicas punitivas adicionales" contra Teherán, pero no mencionó posibles represalias militares.

Opiniones divididas que también manifestaron algunos analistas estadounidenses consultados por La Tercera. "Él (Trump) está en una situación de su propia creación y volver al status quo de hace aproximadamente una semana realmente no constituye una victoria en ningún sentido real (...). Llevar al país al borde de la guerra y evitarlo por suerte (los estadounidenses podrían haber sido asesinados fácilmente en la represalia iraní) no es una victoria", comentó Peter Juul, especialista en Medio Oriente del Center for American Progress.

John Pitney, profesor de Política Estadounidense en el Claremont McKenna College, apuntó al impacto del incidente con Irán en la opinión pública estadounidense. "Desde el punto de vista de la política nacional norteamericana, todavía no hay signos de victoria. Justo después del incidente, las encuestas no muestran el aumento en la aprobación que generalmente sigue a una crisis internacional. En los próximos días, veremos si Trump obtiene crédito por evitar una guerra total", dijo.

Más categórico, Clyde Wilcox, profesor del Departamento de Gobierno de la Universidad de Georgetown, asegura que "Irán fue el actor racional aquí, que se alejó del borde de la guerra (...). No es una victoria (para Trump, ya que) EE.UU. está más aislado que nunca diplomáticamente".

En cambio, William B. Allen, cientista político de la Universidad Estatal de Michigan, destacó que en su discurso del miércoles Trump reafirmó que Irán nunca tendrá un arma nuclear mientras esté en el cargo. "Ese no es un mensaje mixto", comentó el analista. A su juicio, el gobernante "demostró una estrategia consistente".