Las fuerzas de seguridad iraquíes emplearon el jueves munición real y gas lacrimógeno contra unos pocos cientos de manifestantes reunidos en la plaza central de Bagdad, horas después de que se anunciara un toque de queda en la capital de Irak tras dos días de violencia que han paralizado el país en medio de protestas contra el gobierno.
Las autoridades cortaron el acceso a internet en buena parte del país, en un intento desesperado de sofocar las protestas, impulsadas en parte por el declive económico en Irak y la falta de empleos y servicios.
Antes del amanecer se oyeron varias explosiones en la fortificada Zona Verde de Bagdad, donde hay oficinas del gobierno y embajadas extranjeras. La coalición liderada por Estados Unidos dijo que se estaba investigando y señaló que ni fuerzas ni activos de la coalición se habían visto afectados.
Al menos nueve personas murieron y cientos resultaron heridas desde que comenzaron la violencia y los choques entre fuerzas de seguridad y manifestantes el martes.
Las protestas, que se han concentrado en Bagdad y provincias de mayoría chií en el sur del país, registradas en varias provincias parecen ser espontáneas y sin un líder político claro, organizadas en medios sociales por jóvenes desencantados que piden empleos, mejoras de servicios como la electricidad y el agua corriente y que se ponga fin a la corrupción endémica en el país. Sus demandas han ido escalando y ahora reclaman la renuncia del gobierno. Por ahora, ningún partid político se ha sumado al movimiento.
Se trata del mayor desafío al gobierno formado hace un año por el primer ministro, Adel Abdul-Mahdi, que se ha visto atrapado en medio de las tensiones entre Estados Unidos e Irán en Oriente Medio. Irak es aliado de ambos países y aloja a miles de tropas estadounidenses, así como a poderosas fuerzas paramilitares aliadas con Irán.
El toque de queda se anunció el jueves de madrugada alegando que pretendía "proteger la paz general" y proteger a los manifestantes de "infiltrados" que atacaron a las fuerzas de seguridad y la propiedad pública, según las autoridades.
Las calles de Bagdad estaban casi desiertas el jueves por la mañana. En la plaza Tahrir se reunieron cientos de jóvenes, y la policía lanzaba latas de gas lacrimógeno de forma esporádica.
"Tanto si hay toque de queda como si no, vamos a continuar", gritó un manifestante en la Plaza Tahrir.
Cuando los manifestantes intentaron llegar a un puente cercano que lleva a la Zona Verde, las fuerzas iraquíes respondieron con fuego de fusiles automáticos y gases lacrimógenos, según un cámara de Associated Press en el lugar.
La coalición que lidera Estados Unidos, que tiene tropas sobre el terreno en Irak, emitió un comunicado diciendo que monitoreaba las protestas y pidió "a ambas partes que reduzcan las tensiones y rechacen la violencia", ya que las muertes y lesiones entre civiles y fuerzas de seguridad iraquíes eran profundamente preocupantes.
El jueves por la mañana se oyeron explosiones en la Zona Verde, según el coronel Myles B. Caggins III, portavoz de la coalición. Las fuerzas iraquíes estaban investigando y ninguna instalación de la coalición se había visto afectada, señaló. "Las tropas de la coalición siempre se reservan el derecho a defenderse, no se tolerarán ataques a nuestro personal", afirmó.
Una fuente iraquí de seguridad dijo que dos proyectiles de mortero habían caído en un espacio abierto de la Zona Verde, sin dejar víctimas. El funcionario habló bajo condición de anonimato en línea con las regulaciones.