La muerte de un joven de 22 años en Nantes (Francia) que recibió un disparo de parte de la policía luego de que se negara a realizar control vehicular y golpeó a un uniformado, y su posterior fallecimiento en un hospital, provocó una serie de protestas durante la noche en la ciudad.
Desconocidos lanzaron bombas molotov, afectando principalmente a un centro comercial y vehículos que estaban estacionados. Los disturbios que se extendieron hasta las tres de la mañana fueron finalmente terminados tras la llegada de agentes de seguridad a la zona.
No hubo personas detenidas.
De acuerdo al diario El País, la alcalde de Nantes, Johanna Rolland, se refirió a lo sucedido señalando que "mis primeros pensamientos están con este joven muerto, su familia, todos los habitantes de este vecindario, y nuestros barrios" e hizo un llamado para que sea investigado lo que realmente sucedió durante el operativo policial.
Por su parte, la Fiscalía anunció que se abrió una investigación para determinar los detalles del hecho y las responsabilidades.