Unos Campos Elíseos cubiertos de fuego y humo negro. Ese era el escenario que se evidenciaba ayer en una de las principales avenidas parisinas. El evento en Facebook "Toda Francia a París" llamaba a los denominados "chalecos amarillos" a protestar ayer en la capital francesa, como una forma de aumentar la presión contra el gobierno de Emmanuel Macron por el alza de precios de los impuestos a los combustibles. El anuncio por parte del Presidente francés se justifica en el intento de "mantener el rumbo en favor de la transición ecológica".
El sábado 17 de noviembre, los "chalecos amarillos", una organización desligada de sindicatos y partidos políticos, y que hace referencia al chaleco fluorescente que los conductores deben portar ante cualquier incidente en la carretera, reunió en toda Francia a cerca de 280 mil personas. Tras una semana llena de disperas protestas en el país, ayer el movimiento reunió a cerca de 106 mil en toda Francia, y 8 mil en París. Aquello le permitió al ministro francés del Interior, Christophe Castaner, hablar de un "importante debilitamiento" de la protesta.
Los "chalecos amarillos" habían anunciado que no irían a los Campos de Marte, donde se emplaza la Torre Eiffel y el único lugar de reunión autorizado por la prefectura de París, por temor a quedar "estacionados". Así, al igual que el 17 de noviembre, se concentraron en los Campos Elíseos, coreando consignas como "Macron, dimisión". Sin embargo, la presencia de grupos violentos provocó que se registraran numerosos enfrentamientos con la policía.
El despliegue policial fue extremadamente reforzado, y alrededor de 3.000 miembros de la fuerza policial se movilizaron en la capital y los municipios cercanos.
Así, la avenida en donde se emplaza el famoso Arco del Triunfo se convirtió en un campo de batalla entre grupos violentos que lanzaban objetos a los policías y levantaban barricadas. La respuesta de los uniformados fue con gases lacrimógenos y carros lanza agua.
Junto con las barricadas, las paradas de buses, las terrazas de cafésy restaurantes, y las vitrinas de algunas tiendas quedaron destrozadas tras las acciones.
La prefectura reportó ciertos "grupos en riesgo", mientras que el ministro del Interior condenó la violencia de "sediciosos" de ultraderecha que integraron el movimiento de los "chalecos amarillos" gracias al llamado de la presidenta del partido Agrupación Nacional, Marine Le Pen, para que se concentraran en los Campos Elíseos, pese al veto explícito del Ejecutivo.
En total, 130 personas fueron detenidas, 42 de ellas en París.