Alex Saab, apuntado por la fiscalía estadounidense como el testaferro del Presidente venezolano, Nicolás Maduro, fue también colaborador de la DEA (Administración de Control de Drogas) durante 2016 y 2018, colaborando con información sobre las empresas suyas que participaban en construcción de viviendas económicas en Venezuela.
Un juzgado en Miami decidió hoy hacer públicos estos informes, en los que se ve que el colaborador de Nicolás Maduro había sido una “fuente activa” de información sobre sobornos a funcionarios venezolanos. Acusado de lavar cientos de millones de dólares por negocios corruptos en Venezuela, Saab también habría recibido más de 10 millones de dólares como parte de un acuerdo de cooperación con la agencia norteamericana, que incluyó reuniones con fiscales colombianos y europeos.
Detenido desde octubre de 2021 en una prisión federal de Miami, Saab se presentó a la audiencia esposado y con grilletes, y no dio declaraciones al respecto.
En documentos liberados al público hoy, se señala que Alex Saab colaboró con la DEA y fiscales estadounidenses entre agosto de 2016 y junio de 2018, por lo que se comunicaba con agentes por teléfono, mensaje de texto y audios. A través de estos métodos, informaba a los funcionarios sobre empresas suyas que se adjudicaban contratos con el régimen de Maduro, principalmente para construir viviendas económicas. Así mismo, entregaba detalles sobre los pagos y que se hacía con el dinero recibido. En una de esas reuniones, Alex Saab llegó a confesar haber pagado sobornos a funcionarios venezolanos en miras a conseguir contratos de suministros de alimentos para el régimen chavista.
El fin de este trato de colaboración tuvo lugar en 2019, cuando Estados Unidos dejó de considerar a Saab como fuente, luego de que esté incumpliese el plazo que le habían fijado para entregarse a la justicia norteamericana, que lo acusa por el lavado de cientos de millones de dólares.
Esta información y el contenido de muchas de las reuniones aparece en un documento que hasta hoy estaba sellado, y que el juez Robert Scola ordenó hacer públicos este miércoles. Además, fijó la semana del 11 de octubre como una fecha tentativa para el juicio de Saab, que para ese momento llevaría un año detenido.
En tanto, se espera que una corte de mayor jerarquía evalúe el pedido que ha hecho el acusado, de desestimar su caso ya que, a su parecer y el de sus abogados, nunca debió haber sido extraditado desde Cabo Verde, debido a su inmunidad diplomática. En eso, el gobierno venezolano lo apoya, sosteniendo que Saab estaba en una misión humanitaria hacia Irán cuando tuvo que parar para recargar combustible, y fue detenido por agentes norteamericanos. Tal es el compromiso del régimen con Saab, que suspendieron en ese entonces los diálogos que mantenían en México con la oposición al chavismo.
Respecto a los documentos de la colaboración con la DEA, sus defensores insistieron en la necesidad de mantenerlos en secreto, ya que temían por la seguridad de Saab, su esposa y cinco hijos, si es que los papeles se hacían públicos. Los familiares del colombiano siguen viviendo en Venezuela.A través de sus abogados, Saab también solicitó la libertad condicional.
El empresario, de 49 años, nació en Barranquilla, Colombia, y su carrera en el mundo de los negocios surgió en el mundo de la construcción, cuando empezó a relacionarse con el régimen chavista: en 2011, firmó una alianza estratégica para la “constitución e instalación de kits para la construcción de viviendas fabricadas”. De ahí en adelante, se vería involucrado en construcciones de gimnasios públicos, alimentos, y hasta venta de oro en Turquía.