El presidente estadounidense, Donald Trump, confió hoy en que la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) no provocará el restablecimiento de una frontera dura entre las dos Irlandas, clave para la economía de la isla y su proceso de paz.

El mandatario republicano efectuó esas declaraciones tras aterrizar en el aeropuerto de Shannon, al oeste de Irlanda, al comienzo este miércoles de una visita oficial de dos días, entre fuertes medidas de seguridad por la protestas convocadas en todo el país por la coalición "Stop Trump".

El político y su esposa Melania fueron recibidos en la pista de aterrizaje por el jefe del Gobierno de Dublín, el democristiano Leo Varadkar, con quien compareció después ante los medios en una breve rueda de prensa, antes de mantener un encuentro privado en una sala VIP del aeropuerto para analizar el Brexit.

"Creo que todo saldrá bien y se solucionará (la cuestión) nuestro muro, nuestra frontera. Nosotros tenemos un asunto fronterizo en Estados Unidos", declaró jefe de Estado, en referencia a la barrera que quiere construir en su limite territorial con México.

Varadkar intervino al instante para precisar que lo que busca su Gobierno es evitar "una frontera o muro" entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda tras el divorcio entre Reino Unido y el bloque europeo.

Los dos líderes también trataron varios asuntos bilaterales, como la relación comercial entre ambos países o la política migratoria de Washington, una cuestión importante para el gran número de irlandeses que viven en EE.UU., muchos de los cuales lo hacen de manera ilegal.

"Tenemos millones de irlandeses y creo que conozco a la mayoría porque son mis amigos, queremos a los irlandeses, por lo que es un honor estar aquí. Hablaremos de varias cosas, probablemente (Vardakar) me preguntará sobre el Brexit porque conozco a algunas buenas personas partidarias del divorcio, dijo Trump.

El presidente se mostró confiado en que esta ruptura "acabará bien" para Irlanda, aunque indicó que su desenlace dependerá en gran medida de la posición que adopte el sustituto de la primera ministra ministra británica, Theresa May, quien dimitirá de su cargo en los próximos días.

El Brexit ha sido unos de las principales cuestiones que ha abordado Trump durante su visita de tres días al Reino Unido, que concluyó hoy con un encuentro de líderes internacionales en Portsmouth, sur de Inglaterra, para conmemorar el 75 aniversario del desembarco de Normandía -6 de junio de 1944-, que supuso el principio del fin de la II Guerra Mundial.

Como ha sucedido en el país vecino, se espera que miles de personas salgan también a las calles de las localidades irlandesas para protestar contra el presidente estadounidense.

No obstante, apenas un centenar de manifestantes se concentró este miércoles a la entrada de Shannon para denunciar el paso de tropas estadounidense por este aeropuerto de Irlanda, un país tradicionalmente neutral.

Después de su encuentro con Varadkar, Trump y la primera dama se desplazarán al campo de golf y complejo turístico que posee el presidente en el pueblo de Doonbeg, en el condado de Clare (oeste), donde dormirán durante las próximas dos noches.

La Policía irlandesa (Garda) ha desplegado un fuerte dispositivo de seguridad en torno al lujoso Trump International Golf Links and Hotel Ireland, para controlar las manifestaciones organizadas por "Stop Trump".

El acto de protesta más numeroso tendrá lugar este jueves en Dublín, donde se espera que el ya famoso "Baby Trump", el globo gigante que se burla del presidente, sobrevolará los cielos de la capital irlandesa.

También mañana, el inquilino de la Casa Blanca y la primera dama viajarán a Francia para participar en los actos conmemorativos del Día-D del desembarco de Normandía.

La pareja regresará el jueves por la tarde a Irlanda para pasar la última noche en el Trump International Golf Links, donde el presidente tiene previsto jugar al golf el viernes por la mañana, antes de volar a EE.UU. en el avión presidencial, "Air Force One".