Las elecciones de medio mandato que se celebraron el lunes en Filipinas, arrojaron dos resultados importantes: una posible futura candidatura presidencial de Sara Duterte, la hija del Presidente Rodrigo Duterte, y el regreso a la política del controvertido clan del exdictador filipino Ferdinand Marcos. Además, estas elecciones han supuesto un respaldo a la gestión del actual mandatario, con un camino sin obstáculos para llevar a cabo controversiales proyectos, como la reinstauración de la pena de muerte y la reforma a la Constitución.
Sara Duterte, de 40 años, es la hija mayor del Presidente filipino y desde 2016 es alcaldesa de la ciudad de Davao, puesto para el que resultaría reelecta, según indican los resultados no oficiales. Sara es la sucesora en esa alcaldía del actual mandatario, y los analistas sostienen que podría sucederlo también en la Presidencia.
La figura de Sara Duterte se ha posicionado en los últimos años como futura candidata a la Presidencia. Además de ser alcaldesa de Davao, Sara ha elevado su proyección internacional al acompañar a su padre en viajes a Medio Oriente y China. El propio Duterte se ha encargado de posicionar a su hija como posible aspirante presidencial. "No encuentro a ningún candidato mejor que Sara para ser la próxima Presidenta del país", reconoció el mandatario en 2017. Pero también, en los últimos días ha intentado disuadir que su hija aspire a este puesto: "Le estoy advirtiendo públicamente: la Presidencia no te educará. Simplemente te destruirá ", dijo el líder filipino en una entrevista el lunes.
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Sara Duterte, la hija del Presidente Rodrigo Duterte, habla en Davao. FOTO: EFE[/caption]
"Se está testeando y promoviendo a Sara Duterte como figura política a nivel nacional" señaló a EFE el analista Ramon Capisle, director del Instituto para la Reforma Política y Electoral, quien añadió que ella ha demostrado tener "su propia personalidad", alejándose de la sombra de su padre.
Pero la figura de Sara combina tanto el talante controvertido de Duterte como una línea opuesta a los dichos machistas del mandatario. Por ejemplo, en 2011 golpeó en la cara a un funcionario local de Davao por no acatar una orden de demolición que ella había cursado. En relación a su agenda en Davao, la alcaldesa ha impulsado asuntos relacionados con la infancia y los derechos de la mujer, ganándose así el apoyo de ONGs locales.
El profesor de la Universidad de Filipinas, Gene Pilapil, sostiene a Bloomberg que una posible sucesión en la Presidencia de Filipinas de la hija de Duterte además de extender el legado de línea dura del jefe de Estado, su ascenso ofrecería seguridad al líder que podría verse afectado por problemas legales después de que termine su mandato.
El regreso del clan Marcos
De los 12 puestos que se juegan en estas elecciones de un total de 24 escaños que conforman el Senado en Filipinas, al menos ocho han sido apoyados públicamente por Duterte. Entre ellos está Imee Marcos, de 60 años e hija del dictador Ferdinand Marcos, quien gobernó el archipiélago durante 21 años (1965-1986). Imee Marcos es actualmente gobernadora de la región Ilocos Norte, la localidad donde nació el exgobernante. Su hijo Matthew Marcos Manotoc se postuló para tomar el relevo para el puesto de gobernador. El otro hijo de Marcos, Ferdinand Marcos Jr. ejerció como senador entre 2010 y 2016.
De las dos décadas que Ferdinand Marcos y su esposa Imelda Marcos gobernaron Filipinas, nueve (1972-1981) fueron bajo la ley marcial, etapa conocida como la "dictadura conyugal" en la que al menos 3.240 personas fueron asesinadas, 70.000 encarceladas y 34.000 torturadas. Durante este período, la hija del dictador habría falsificado algunos títulos académicos, según reveló el medio independiente Rappler tanto en la Universidad Diliman de Filipinas como en la Universidad de Princeton. A los 30 años tuvo que exiliarse junto a su familias en Honolulu.
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Imee Marcos durante un mitin en Filipinas: FOTO: AP[/caption]
Su ascenso político, al estar fuertemente relacionada al período de la dictadura, se debe a los errores de los partidos y políticos más progresistas. "Muchos filipinos parecen más abiertos al autoritarismo debido a los fracasos de líderes progresistas que procedían de clanes políticos bien establecidos", advierte The Associated Press.
Imee Marcos también buscaría una futura carrera presidencial, que podría llevarla a competir con la hija de Duterte. En 2018, cuando anunció su deseo de postularse para senadora, señaló que buscaría "traer de vuelta a los Marcos al Palacio de Malacañán un día".
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Votantes filipinos en un colegio en Manila, el martes. FOTO: AFP[/caption]