A las 4.17 de la mañana de este lunes se empezó a sentir un terremoto de 7,8 grados en la esacala de Richter al sureste de Turquía y noroeste de Siria: el epicentro fue en el norte de la ciudad turca de Gaziantep, a 60 kilómetros de la frontera y que tiene una población de dos millones de habitantes, muchos de ellos, refugiados sirios. Otro terremoto, esta vez a las 13.24, golpeó la misma provincia con 7,5 grados de magnitud.
Hasta el momento se han contabilizado al menos 3.500 muertos a causa de ambos sismos, en lo que el Presidente turco Recep Tayyip Erdogan llamó “el peor desastre que ha vivido el país en el último siglo”, después del terremoto de 1939 en Erzincan, en que se registraron casi 33 mil decesos. Respecto al segundo terremoto de este lunes, las autoridades turcas aseguraron que “no fue una réplica” del anterior.
Al menos 1.600 personas han muerto en las 10 provincias de Turquía -de un total de 81- afectadas por los terremotos, donde además se registran 11 mil heridos. En tanto, las áreas controladas por el gobierno sirio han declarado más de 968 fallecidos, con casi 1.300 heridos. Sobre todo en el noroeste de Siria, donde el gobierno de Damasco no tiene el control, los grupos rebeldes han hablado de al menos 380 decesos. Todos estos números, lamentablemente, se espera que suban rápidamente, debido a que mucha gente aún se encontaría atrapada bajo los escombros de los edificios derrumbados por los sismos.
Según indican los medios estatales turcos, solo con el primer terremoto ya habían muerto mil personas en el país, de 84 millones de habitantes. Cientos de edificios se derrumbaron en ambos países, mientras que los rescatistas trabajaban apresuradamente para salvar a los atrapados bajo escombros. De hecho, como reportó una periodista de la BBC, hubo un centro comercial en la ciudad de Diyarbakir que colapsó totalmente.
En estas labores el clima estaría jugando en contra: en medio del invierno boreal, las lluvias enlodan los escombros, y las temperaturas bajo cero complican tanto a rescatistas como rescatados. Se espera que las tormentas de nieve que azotaron el país durante el fin de semana duren hasta el jueves. El sismo no solo se sintió en Turquía y Siria, sino también en Líbano, Chipre e Israel. Además, por algunas horas las autoridades de Protección Civil en Italia activaron la alerta por tsunami.
Siendo una zona donde se unen continentes, Turquía está ubicado en un lugar crítico en cuanto a presencia de temblores: en 1939 un terremoto de 7,8 grados Richter dejó más de 33 mil muertos en Erzincan. Un sismo de 7,6 grados registrado en 1999, más al noroeste del país, cobró la vida de 17 mil personas. La placa tectónica de Anatolia, que es donde se encuentra Turquía, colinda con otras tres placas: la euroasiática, la africana y la árabe. En este caso, fue la placa árabe la que se movió hacia el norte y chocó contra la placa de Anatolia, según la BBC.
De acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos, desde 1970 se han registrado tres terremotos de magnitud mayor a 6 grados en las proximidades de los epicentros este lunes. Uno de esos ocurrió en 2020, y fue de 6,7 grados. Todos esos terremotos coincidieron con estar cerca de la falla de Anatolia Oriental. Además, siete terremotos con una magnitud de 7,0 o mayor han azotado al país en los últimos 25 años.
Turquía implementó algunas medidas para mejorar la respuesta ante los desastres sísmicos en los últimos años, como la construcción de edificios resistentes al terremoto, aunque no toda la infraestructura inmobiliaria ha sido adaptada. Por otro lado, la falta de inspecciones provoca que algunos constructores no se adapten a la normativa.
La vulnerabilidad del lugar no solo tiene que ver con el clima y las placas, sino también con el hecho de que en Turquía vive la mayor cantidad de refugiados del mundo, con cuatro millones de desplazados. Según el mismo Servicio Geológico de Estados Unidos, se espera que las muertes relacionadas con los terremotos alcancen las 10 mil personas.
A causa de los terremotos y sus daños, el Ministerio de Educación turco ya anunció que las escuelas se mantendrán cerradas hasta el 13 de febrero.
En Siria, mientras tanto, los hospitales no dan abasto con la cantidad de heridos que llegaban tras los terremotos. El sismo de 7,8 grados golpeó en gran parte del país, tanto en territorios controlados por el gobierno como por rebeldes. En el pueblo de Darkush, dentro de territorio rebelde, muchas personas viven bajo condiciones precarias en campamentos improvisados.
En las áreas vecinas, controladas por Damasco, hay alojados en edificios ya debilitados por los bombardeos anteriores, y que quedaron aún más vulnerables a las sacudidas de los terremotos. Según el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, el sismo causó daño total o parcial en edificios en al menos 58 pueblos o ciudades del noreste sirio.
En la ciudad de Gaziantep, un castillo de la época romana se derrumbó “parcialmente” a causa del sismo, preocupando por la posibilidad de que otros monumentos en Turquía y Siria también se pierdan. Considerada una de las ciudadelas mejor preservadas de Turquía, el castillo de Gaziantep sufrió la caída de parte de sus paredes.
En Siria, la ciudadela de Alepo y otros lugares arqueológicos sufrieron graves daños a causa de los terremotos de este lunes. La Dirección General de Antigüedades y Museos de Siria señaló en su cuenta de Facebook que “algunos lugares arqueológicos” han sufrido daños, y que se ha visto la caída de parte del molino otomano, y grietas en parte de los muros defensivos de la ciudadela de Alepo. También se indicó que algunas mezquitas sufrieron daños.
Frente a la tragedia, la comunidad internacional no tardó en ofrecer su apoyo: el primer país fue Israel, donde también se sintió el sismo, pero no se han reportado damnificados. “He instruido a todas las autoridades a hacer preparativos inmediatos para proveer asistencia médica, de rescate y de búsqueda”, comentó el primer ministro Benjamin Netanyahu.
La Unión Europa y muchos países anunciaron el envío de ayuda y equipos de rescate: Reino Unido, Estados Unidos, India y Ucrania, entre otros. El Presidente ruso Vladimir Putin envió sus condolencias al gobierno turco y sirio, ofreciendo “aportar la ayuda necesaria”. Azerbaiyán, por su parte, informó del envío inmediato de 370 rescatistas.
En respuesta a una solicitud echa por el Mecanismo Europeo de Protección Civil, España activó a la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el transporte aéreo urgente, para así apoyar en las tareas de búsqueda, tanto en Turquía como en Siria. “Mi solidaridad con Turquía y Siria ante uno de los mayores terremotos de su historia”, declaró el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, en Twitter.
El Presidente turco, Recep Tayip Erdogan, hizo un llamado a la unión nacional: “Esperamos salir de esta catástrofe juntos lo más rápidamente posible y con los menos daños posibles”, escribió en la misma red social. El próximo 14 de mayo son las elecciones presidenciales en el país, que se encuentra en plena crisis económica debido a la devaluación de la lira turca.