Jakelin Amei Rosmery Caal Maquin tenía siete años y junto a su padre, Nery Gilberto Caal Cuz, emigró a Estados Unidos para cambiar su vida. Partieron desde Raxruha, Alta Verapaz, una comunidad indígena al norte de Guatemala donde se habla q'eqchi, un dialecto maya. Debido a la llegada de la caravana de migrantes centroamericanos durante las últimas semanas a la frontera de México con Estados Unidos, Donald Trump militarizó la zona y aumentó las restricciones para la solicitud de asilo. Ante esto, los migrantes que siguen llegando a la frontera han utilizado nuevas rutas ilegales en el desierto, muchas veces más peligrosos y difíciles para cruzar.

Después de atravesar la frontera ilegalmente la madrugada del 6 de diciembre, esta niña guatemalteca, su padre y otros 163 inmigrantes -en su mayoría familias- se entregaron voluntariamente a las autoridades estadounidenses. Durante la noche y tras ser arrestados, el grupo fue puesto en un autobús cerca de Antelope Wells, la única gran población en kilómetros a la redonda en esta zona desértica de Nuevo México.

La niña fue puesta entonces bajo custodia de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos (CBP). La fiebre y los vómitos fueron las primeras señales de alarma de la menor, que recorrió kilómetros bajo condiciones climáticas extremas.

Ante esto, el padre de la menor avisó a los agentes fronterizos que su hija estaba vomitando y cuando llegaron a la estación Jakelin no respiraba, por lo que fue "revivida dos veces" y luego una tercera vez, después de sufrir un paro cardíaco, según la CBP.

Durante la mañana, Jakelin comenzó a convulsionar y fue trasladada en helicóptero al Hospital de Niños de Providence, en El Paso, Texas. Ese mismo día falleció por un presunto ataque cardíaco provocado por deshidratación, fiebre y un shock séptico, según informó el diario The Washington Post.

Los resultados de la autopsia tardarán meses en confirmar la causa de la muerte y los agentes fronterizos señalaron que la niña no había comido, ni bebido en días.

"La frontera por el lado de Arizona, como ocurrió con la niña guatemalteca, tiene condiciones ambientales extremas. Nuestros pacientes nos cuentan que se exponen a temperaturas extremas durante días de estar en el desierto sin agua. Vemos en las consultas deshidratación, enfermedades respiratorias e infecciosas de la piel. A nivel psicológico hay ansiedad, depresión y estrés post traumático al ver tan cerca el sueño americano y al mismo tiempo tan lejos", señala a La Tercera, María Hernández, coordinadora del Proyecto Transmigrantes de Médicos Sin Fronteras (MSF) en México.

El cónsul de Guatemala en Del Rio, Texas, Tekandi Paniagua, sostuvo que el padre de la niña guatemalteca obtuvo un "permiso especial" para estar con ella en el proceso de devolver el cuerpo a Guatemala. Paniagua señaló que se están comunicando en q'eqchi con Nery, que está "devastado" por la perdida de su hija y solicitó verla por última vez el 10 de diciembre.

El Departamento de Seguridad Nacional, institución a cargo de la Patrulla Fronteriza emitió un comunicado en que dio las "condolencias a la familia de la menor" y añadió que "la Patrulla Fronteriza tomó todos los pasos para salvar la vida de la niña bajo las circunstancias más difíciles". Eso sí, la Oficina de Responsabilidad Profesional de Aduanas y Protección Fronteriza abrió una investigación. Según CNN, Jakelin cumplió siete años el 3 de diciembre, por lo que en su cumpleaños iba en tránsito hacia Estados Unidos.b

Por