Este fin de semana se desarrollaba en la ciudad italiana de Florencia la ronda final de paneles ciudadanos de la llamada Conferencia sobre el futur o de Europa, una instancia que en 2022 lograría conclusiones y aportes significativos respecto al futuro del bloque desde la voz de sus propios habitantes. Unos 200 ciudadanos europeos de todos los estados miembros, de diferentes edades y procedencias, se reunirían por tercera vez para redactar sus recomendaciones en materias como democracia europea, valores, Estado de derecho y seguridad.
A cargo de organizar esta conferencia se encuentra Dubravka Šuica, vicepresidenta de la Comisión Europea para la Democracia y la Demografía desde 2019, proyecto que considera “un ejercicio muy amplio de democracia que no se había visto nunca”. Šuica, quien a principios de junio participó en el lanzamiento del ciclo de debates “Contrapuntos Chile-Unión Europea para el proceso constituyente”, una serie de 12 conversatorios sobre cómo las experiencias europeas pueden aportar a la conversación constitucional chilena, analiza en esta entrevista por escrito con La Tercera tanto el desarrollo de Conferencia sobre el futuro de Europa como el proceso que lleva a adelante la Convención Constitucional en nuestro país.
A mediados de abril se activó una plataforma online para que los ciudadanos de los 27 estados miembros de la UE puedan opinar y proponer reformas sobre los temas que deseen, resultados que se trasladarán a las sesiones plenarias de la Conferencia sobre el Futuro de Europa. ¿Cuál es el balance de ese proceso hasta ahora?
La Conferencia es una iniciativa paneuropea para dar a los ciudadanos una mayor participación en el diseño de nuestras políticas y ambiciones futuras. Permite acercarlos a la Unión Europea y a los asuntos europeos y, a su vez, llevar las ideas y reflexiones de los ciudadanos directamente a la elaboración de las políticas de la UE. En la plataforma digital multilingüe, los ciudadanos y la sociedad civil pueden intercambiar ideas, puntos de vista y propuestas, así como también anunciar los eventos que se realizan en todos los estados miembros. Todos pueden participar en el debate. La plataforma digital está disponible en todas las lenguas oficiales de la UE para estimular los debates transnacionales. Más de cuatro millones de personas han visitado la plataforma digital. Han generado más de 10.000 nuevas ideas y 65.000 comentarios de respaldo. Más de 200.000 personas han participado en la Conferencia a través de diversos eventos de base. Los debates y los temas no están predeterminados ni limitados. Es un proceso abierto y libre, en el que los ciudadanos son el centro; pueden plantear cualquier tema que les interese. En el Pleno de la Conferencia se debaten las ideas de la plataforma digital, de los paneles de ciudadanos europeos y de los eventos en los Estados miembros. Estoy muy impresionada por las actividades e ideas generadas en la plataforma. Según las últimas estimaciones, hasta la fecha, una cuarta parte de la población de la UE participa activamente a través de esta plataforma en línea.
Se espera que la Conferencia sobre el Futuro de Europa logre conclusiones y aportes significativos respecto al futuro del bloque en 2022. ¿Se cumplirán esos plazos?
Seguimos comprometidos con el objetivo que nos propusimos: presentar las conclusiones claves en 2022. Sobre la base de los debates y propuestas del Pleno de la Conferencia, que también tienen en cuenta las contribuciones realizadas en la plataforma multilingüe, el Consejo Ejecutivo, actuando de forma consensuada, elaborará un informe, en plena colaboración y con total transparencia con el Pleno, que luego se publicará en la plataforma digital multilingüe. El Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión están dispuestos a determinar rápidamente la forma de dar seguimiento eficaz a los resultados de la Conferencia, tal y como se recoge en la Declaración Conjunta del 10 de marzo de 2021, cada uno dentro de su ámbito de competencias y de conformidad con los Tratados. Así lo reiteró también la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen en su discurso sobre el Estado de la Unión 2021.
¿Existe consenso al interior de la UE para traducir las conclusiones de la Conferencia sobre el Futuro de Europa en medidas concretas?
No hay resultados predeterminados en la Conferencia. Los ciudadanos no están limitados en sus debates en los paneles abiertos ni en las plenarias de la Conferencia. El Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión se han comprometido a dar seguimiento a las conclusiones de la Conferencia. Este consenso se recoge en la Declaración Conjunta del Parlamento Europeo, el Consejo Europeo y la Comisión Europea. Hemos dejado muy claro que la Conferencia debe ir más allá de un mero ejercicio de escucha. Es esencial que los ciudadanos vean que sus reflexiones se toman en serio. La Conferencia muestra una nueva forma de pensar a nivel europeo, en términos de cooperación con los ciudadanos. Es una oportunidad única para explorar nuevas formas de democracia participativa. Tiene el potencial de aumentar la confianza en nuestras instituciones democráticas.
Usted participó en junio pasado vía online en la inauguración del ciclo de debates “Contrapuntos Chile-Unión Europea para el proceso constituyente”. ¿Ha seguido el desarrollo de la actividad de la Convención Constitucional? ¿Cuál es su evaluación?
Desde la Unión Europea se observa con sumo interés el proceso constituyente en Chile, como también el camino para encontrar una salida institucional y democrática a una crisis social, y fomentar cambios dentro de un marco claramente definido con participación de la ciudadanía. Se trata de una oportunidad histórica para definir un nuevo marco constitucional de convivencia, reflejando los anhelos de varias generaciones y la respuesta a los nuevos desafíos. La Convención, con su paridad de género, sus escaños reservados para pueblos originarios y la alta participación de independientes, representa una experiencia pionera en el mundo, que puede marcar un nuevo estándar internacional para la democracia. De hecho, en la Unión Europea, la Conferencia sobre el Futuro de Europa intenta también involucrar a la ciudadanía para definir las posibles repuestas a los retos del futuro. En este sentido, creo que tenemos mucho en común y también mucho que aprender unos de otros. Por ello, desde el principio del proceso constituyente en Chile, la Unión Europea se ha puesto a disposición de todos los actores chilenos involucrados para intercambiar experiencias. Como conjunto de 27 estados miembros, ofrecemos una diversidad de procesos constituyentes y de transformaciones políticas, que pueden ser útiles para el proceso chileno, con fórmulas que han fortalecido la institucionalidad democrática y el estado de bienestar, sin una receta única. Espero, por lo tanto, que el proceso constituyente en Chile logre aunar grandes mayorías necesarias para encontrar fórmulas de convivencia democrática, que permitan satisfacer las legítimas aspiraciones de la ciudadanía chilena.
En mayo usted señaló que “los ciudadanos europeos están ansiosos por tener una mayor participación en la democracia, más allá de las elecciones”. En la primera vuelta presidencial en Chile, la participación alcanzó el 47,34%. A su juicio, ¿cómo se puede estimular a los ciudadanos para participar más activamente en los procesos electorales?
Los procesos de democracia deliberativa más allá de las urnas pueden estimular una mayor participación y compromiso de los ciudadanos, además de mostrarles que están verdaderamente involucrados en la política de sus países. Si se aplica bien, esto también puede tener un impacto positivo en la participación de los votantes. Estoy convencida de que, en todas las sociedades, debemos apoyar una sociedad civil vibrante y potenciar la participación democrática de los ciudadanos. En los últimos años, en la UE, hemos sido testigos de una creciente demanda entre los ciudadanos de participar en la elaboración de leyes y políticas públicas, y esta participación es clave para crear confianza en las instituciones y fortalecer la democracia en su conjunto. El compromiso democrático de los ciudadanos es sin duda un reto para las democracias europeas, pero también para otras. Los ciudadanos deben sentirse motivados para votar y participar en el debate democrático. Entre los desafíos a la participación democrática se encuentran la percepción de la gente de que carece de información adecuada sobre las políticas que les afectan, la elección y la responsabilidad en la gobernanza y la falta de confianza en la política en general. La igualdad y la no discriminación, condiciones previas de las sociedades inclusivas, también afectan al compromiso democrático: es más probable que las personas voten cuando pueden reconocerse y ver sus intereses reflejados en el debate democrático y en los procesos de toma de decisiones. Crear un proceso electoral inclusivo, fiable y legítimo significa reforzar los valores comunes de la UE, como los derechos fundamentales, el Estado de derecho, la democracia y la igualdad, y el respeto de los derechos de las personas pertenecientes a minorías. Reforzar la implicación de los ciudadanos en todas las fases del proceso democrático es clave para nuestros procesos electorales, lo cual puede estimular la participación de los votantes. En este sentido, la democracia deliberativa complementa maravillosamente la democracia representativa.
Durante su intervención en el Foro Tendencias 2022, organizado por el diario español El País, en junio pasado, usted dijo que “la democracia no puede darse por sentada”. ¿Qué riesgos ve usted para la democracia hoy en Europa y América Latina?
Efectivamente, la democracia no puede darse por sentada, debemos trabajar constantemente en ella. La confianza es una parte vital de nuestra democracia, y hay que ganársela. Los últimos años han demostrado que la democracia en la UE y en todo el mundo se enfrenta a grandes desafíos que van desde el aumento del extremismo, la desinformación, el populismo, la intervención electoral hasta la difusión de información manipuladora y las amenazas contra los periodistas, tanto en línea como fuera del espacio digital. En ese contexto, el Plan de Acción Europeo para la Democracia pretende empoderar a los europeos y reforzar la resiliencia de nuestras democracias proponiendo medidas para salvaguardar el entorno democrático. Los derechos humanos y fundamentales son nuestros cimientos, y debemos asegurarnos de que se salvaguarden y respeten para evitar cualquier retroceso. Al hacerlo, debemos proteger y empoderar a los individuos y construir sociedades más fuertes, inclusivas y democráticas. Debemos crear y proteger espacios seguros para el debate y la deliberación. Dado que las nuevas tecnologías forman parte cada vez más de nuestra vida cotidiana en todas las edades, debemos abordar los retos que suponen para los derechos humanos y fundamentales, al tiempo que aprovechar las oportunidades que presentan. Sabemos que ninguna democracia es inmune a los retrocesos. Por lo tanto, es vital que nosotros, tanto los responsables políticos como los ciudadanos, revisemos constantemente nuestra democracia y sus mecanismos para ver cómo podemos mejorarla, desde la base. Tras haber mantenido ya muchos diálogos con los ciudadanos, creo que la Conferencia sobre el Futuro de Europa tiene un papel clave que desempeñar en la construcción de una Unión más eficaz, más sana y realmente fuerte. La participación ciudadana en todos los niveles de la elaboración de políticas forma parte de nuestra respuesta para que nuestra democracia sea más receptiva y resiliente.
“Sabemos que muchos ciudadanos se sienten abandonados, pero ese vacío no puede llenarse con discursos vacíos”, afirmó usted en ese mismo foro, al advertir sobre cómo la crisis generada por la pandemia de Covid-19 será aprovechada por los populistas. ¿Cómo observa la UE el fenómeno del aumento del populismo, en especial en América Latina?
No me corresponde comentar la política latinoamericana. Pero podemos ver un aumento del populismo en la UE y en todo el mundo. La pandemia del Covid-19 ha alimentado esta tendencia, que también se nutre de la desconfianza en las instituciones gubernamentales. La democracia se enfrenta a desafíos desde muchos ángulos y a muchos niveles. Es cierto que vemos reacciones a nivel mundial. Pero la democracia también se enfrenta a retos a nivel local, regional y nacional. La gente se siente abandonada. Esto crea un vacío y a la política esto no le gusta. Debemos prestar atención para garantizar que el vacío no se llene con narrativas populistas o extremas que socaven nuestra democracia. Tenemos que asegurarnos de llegar a aquellos que han perdido la fe en nuestras instituciones, en la democracia y en el proyecto europeo. Tenemos que hablar con todos y cada uno, y no rehuir las conversaciones difíciles. Es la razón por la cual la Conferencia es un ejercicio impulsado en primer lugar por los ciudadanos, junto con la sociedad civil y los interlocutores sociales. Las instituciones políticas desempeñan un papel de coordinación. Su objetivo es lograr un amplio alcance y recibir una diversidad de voces y opiniones. Luego de haber mantenido muchos diálogos con los ciudadanos, creo que la Conferencia sobre el Futuro de Europa tiene un papel clave en la creación de una Unión más eficaz, más sana y realmente fuerte. La participación activa de los ciudadanos debe ir siempre acompañada de un pensamiento crítico y una deliberación que refleje una amplia gama de opiniones. Las ideas prosperan cuando los ciudadanos se reúnen y discuten entre sí y con los responsables de la toma de decisiones, con expertos y con representantes de las instituciones. Esto es exactamente lo que estamos haciendo con la Conferencia sobre el Futuro de Europa.