El próximo 17 de junio, Colombia vivirá una "histórica vuelta entre izquierda derecha", anticipaba este lunes el diario bogotano El Tiempo. Un día después de la primera vuelta del domingo, en la que se impusieron la carta del uribismo, Iván Duque, y el izquierdista Gustavo Petro, la prensa local destacaba que ambos candidatos tienen ahora como desafío la conquista del voto de centro, el mismo que captaron los ahora excandidatos Sergio Fajardo y Humberto de la Calle. Un botín al que se suman los votos obtenidos por el derechista Germán Vargas Lleras.
Son cerca de 6.400.000 votos, los que deberán ser captados por los aspirantes a la Casa de Nariño, al tiempo que ya se vislumbran posibles alianzas y guiños de parte de las fuerzas políticas.
En tercer lugar y por debajo de los 7,6 millones de votos reflejados en un 39,14% de Duque y los 4,9 millones, es decir, 25,08% de Petro, se ubica el sólido apoyo obtenido por Fajardo, que con una diferencia mínima respecto al exalcalde de Bogotá, conquistó a 4,6 millones de colombianos (23,73%), convirtiéndose en una activo esencial que podría definir el próximo gobierno en Colombia.
Durante los últimos meses de contienda electoral, el exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquía, quien además señaló que no volverá a presentarse nuevamente en comicios presidenciales, se mantuvo distante de las insinuaciones realizadas por Petro para formar un pacto. Sin embargo, según la prensa local, algunos miembros de Coalición Colombia de Fajardo y aliados como su compañera de fórmula Claudia López y el excomandante del movimiento M19 y dirigente del Partido Verde, Antonio Navarro, estarían dispuestos a inclinar la balanza por Petro.
Aún así y a pesar de que hasta ayer Fajardo insistía en que daría libertad a sus electores, la decisión sobre el rumbo y destino de esos votos todavía espera de una discusión al interior de esa fracción.
Para el experto colombiano Carlos Ahumada, el gran enigma son los votos de Fajardo, ya que esos votantes pueden cambiar el panorama electoral. "Sus seguidores no se ven representados en las propuestas de Duque o Petro, y ven el voto en blanco como la mejor opción, aunque el voto en blanco, así sea el ganador, no tendrá ningún efecto electoral en segunda vuelta", dijo a La Tercera.
Los otros escenarios
Más abajo, pero no menos valioso, se sitúa el apoyo obtenido por Vargas Lleras (7,28%), que no solo dejó entrever un punto de inflexión sobre la fuerza de la maquinaria política y las grandes colectividades. Logró conseguir el respaldo de dirigentes del Partido Conservador y Cambio Radical que probablemente se alinearán con el uribismo. Pero fue el mismo excandidato que en su discurso de derrota señaló que iniciará conversaciones con los distintos sectores políticos y sociales antes de tomar decisiones.
En la otra vereda, los analistas estiman que los cerca de 400 mil votos, equivalentes a un 2,06%, obtenidos por el negociador de la paz con las FARC, Humberto de la Calle, serían recibidos por Petro. Según el analista colombiano y columnista del diario El Tiempo, Juan Manuel Ramírez, de obtener Petro el apoyo de Fajardo y De la Calle, eso le daría cerca de 9,8 millones de votos, dándole un triunfo a la izquierda frente a los nueve millones que sumaría Duque con el apoyo de Vargas Lleras. Todo sobre un pronóstico lineal y aritmético. "Sin embargo, hay mucha gente de Fajardo que no estará dispuesta ni de acuerdo en votar por Petro, y son esos votos los que hoy pueden inclinar la balanza", indicó Ramírez a La Tercera.
Con todo, las nuevas tendencias no solo dependerán de afinidades políticas. Las propuestas y posturas frente a temas de contingencia serán elementales tanto para Duque como para Petro, en plan de aumentar su base de apoyo.
Mientras el exalcalde de Bogotá se compromete a dar continuidad al pacto de paz pese a haber dicho en un principio que lo eliminaría, Duque asegura que lo modificará. La campaña del terror de convertir Colombia en una Venezuela, como lo dicen los detractores de la izquierda, es un factor en contra para Petro, que se aferra a sus iniciativas sociales para reducir la pobreza y la desigualdad en ese país.