"Fracasarán otra vez". Con ese escueto mensaje, Cuba respondió a las nuevas sanciones impuestas hoy por Estados Unidos. En un nuevo intento de "sofocar" al gobierno cubano, al que la Casa Blanca acusó de mantener un "papel desestabilizador" en la región debido a los lazos con el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, Washington anunció una serie de medidas que revierten los avances conseguidos durante la administración de Barack Obama.

Una de las sanciones que comenzarán a regir a partir de este miércoles es que los cruceros estadounidenses tendrán prohibido el arribo a la isla.

Hasta esta semana, EE.UU. permitía a sus ciudadanos viajar a la isla siempre y cuando cumplieran alguna de 12 categorías, como la visita a familiares o interés humanitario o educativo.

Desde ahora, los ciudadanos estadounidenses solo podrán viajar a la isla por "motivos específicos", como la visita a familiares o por razones laborales. Así, ahora se prohíben "las visitas a Cuba a través de embarcaciones de pasajeros y recreativas, que incluyen cruceros y yates, así como aviones privados y corporativos", informó el Departamento del Tesoro. Sin embargo, los vuelos comerciales, que se reanudaron en 2016, seguirán disponibles.

Todo esto se enmarca en el endurecimiento de la política de Washington respecto de La Habana, que ha llevado adelante Donald Trump desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017.

Desde 1962, Estados Unidos mantiene un bloqueo económico contra la isla, pero en 2014 comenzó un proceso de deshielo entre ambas partes impulsado por Barack Obama y Raúl Castro, que significó un aumento en el turismo de la isla.

Según el Ministerio de Turismo cubano, durante los primeros cuatro meses de este año, 257.500 visitantes estadounidenses llegaron a Cuba, y el 55% lo hizo en cruceros.

"La administración de Trump retomó una política de hostilidad y guerra económica dirigida a lograr un cambio de régimen en Cuba. Las nuevas regulaciones tendrán un efecto significativo en la economía cubana. Al menos entre 400.000 y 500.000 visitantes estadounidenses no cubanos no podrán visitar la isla. Es un golpe importante para la economía cubana cuando enfrenta dificultades debido a los bajos precios de exportación y la caída de los envíos de petróleo desde Venezuela", dijo a La Tercera William LeoGrande, profesor de gobierno en la American University y experto en asuntos cubanos.

Además, el paquete de sanciones incluye prohibiciones de exportación de buques de pasajeros y recreativos; la integración de nuevas entidades cubanas a la "lista negra" de los bloqueos financieros, mientras que las remesas se mantendrán solo entre familiares.

Estas nuevas sanciones llegan después de una serie de medidas impuestas en abril, cuando EE.UU. prohibió los viajes individuales a Cuba, limitó las remesas, además del endurecimiento de la Ley Helms-Burton. Según The Wall Street Journal, la "acción está diseñada para frenar una fuente importante de ingresos para la difícil economía de Cuba y aislar aún más al país".

"La intención de la administración de Donald Trump es reducir el flujo de recursos al régimen castrista debido a los vínculos de Cuba con sus aliados en Venezuela y Nicaragua. Esto no va a funcionar, porque a pesar de la grave crisis económica para La Habana, Venezuela es mucho más importante que Estados Unidos, simbólica y materialmente", señaló a La Tercera Sebastián Arcos, director del Instituto de Investigación Cubano en la Universidad Internacional de Florida.