Tras el ataque quirúrgico contra Siria liderado por Estados Unidos, junto a Londres y París, ahora el gobierno de Donald Trump busca establecer una fuerza árabe para reemplazar al contingente estadounidense militar en el territorio sirio y ayudar a estabilizar a la parte noreste del país después de la derrota del Estado Islámico.

Así lo dio a conocer un artículo del diario The Wall Street Journal, que señaló que el nuevo asesor de seguridad nacional del Presidente Donald Trump, John Bolton, recientemente llamó al jefe de inteligencia egipcio Abbas Kamel para ver si El Cairo contribuiría a dicho esfuerzo, dijeron funcionarios al periódico.

La iniciativa llega justo en momentos en que la administración estadounidense le pidió a Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, sus aliados en la región, que contribuyan con miles de millones de dólares para restaurar el noreste de Siria. Además, quiere que los países árabes envíen también tropas terrestres.

En este sentido, Riad reafirmó el martes su disposición a enviar uniformados a Siria, aunque "con otros países", para estabilizar la situación.

"Estamos en discusiones con Estados Unidos y lo hemos estado desde el principio de la crisis siria" en 2011, dijo el ministro de Asuntos Exteriores saudita, Adel al Jubeir, durante una conferencia de prensa conjunta con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en la capital saudita, según consignó la agencia France Presse.

En todo caso, no es la primera vez que se planea algo similar. En enero pasado, Estados Unidos anunció la construcción de una fuerza fronteriza en Siria -desplegada a lo largo del valle del Éufrates, colindante con las fronteras turca e iraquí- que sería integrada en un 50% por veteranos de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS). Esto gatilló, según analistas, el ataque de Turquía en Afrín, al norte de Siria -localidad que fue tomada por fuerzas turcas en marzo- con el fin desalojar a las milicias kurdas de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), que Turquía considera que son una extensión del grupo separatista Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), que tanto Ankara como Washington califican como una organización terrorista. Sin embargo, esta milicia es el principal componente de las FDS, coalición árabe-kurda apoyada por Estados Unidos que combate a los yihadistas de Estado Islámico (EI) en el norte de Siria.

Según The Wall Street Journal, Trump ha expresado su impaciencia por los costos y la duración de los esfuerzos para estabilizar Siria. Así, a comienzos de abril manifestó la necesidad de acelerar el retiro de dos mil tropas de EE.UU. que están en el país. Esto gatilló la preocupación de asesores que piensan que esto "podría ceder terreno a Irán y Rusia".