La Casa Blanca se refirió esta mañana a la situación en Nicaragua, donde la ola de violencia entre opositores al gobierno de Daniel Ortega y las fuerzas de seguridad han dejado alrededor de 350 muertos, responsabilizando el presidente, y a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo de las fatalidades.
A través de un comunicado, la presidencia estadounidense afirmó que Ortega y Murillo "son responsables en última instancia por los grupos parapoliciales favorables al gobierno que han brutalizado a su propio pueblo".
En ese sentido señalaron que se trata de "violencia indiscriminada" y la "brutalidad policial" contra los manifestantes que piden "reformas democráticas".
Por otro lado, el gobierno de EE.UU. exigió "unas elecciones justas, libres y transparentes" para la restauración de la democracia en Nicaragua, y abrió la puerta a más sanciones a funcionarios del régimen del presidente Daniel Ortega si no detiene la "indiscriminada" violencia.