Una ola de sanciones y condenas en bloque desde la comunidad internacional fueron las que recibió ayer el Presidente Nicolás Maduro, tras proclamar su reelección en las cuestionadas elecciones realizadas el domingo en Venezuela, que con una baja participación del 46,02% y el 67,8% de los votos (según cifras del chavismo), lo mantendrán en el poder hasta 2025. Sin embargo, nada pareciera detenerlo en su afán de seguir gobernando un país en crisis.

Tal como lo habían prometido, las reacciones del Grupo de Lima no se hicieron esperar y a través de un comunicado se anunció que los 14 gobiernos que lo componen acordaron "reducir" sus relaciones diplomáticas con Venezuela, llamando a consulta a sus embajadores en Caracas. Se trata de la medida más contundente que hasta ahora han decidido aplicar como bloque desde su conformación en agosto de 2017.

Chile, Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guayana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía desconocieron las elecciones del 20 de mayo en Venezuela, y aseguraron que no contaron con los estándares internacionales de un proceso "democrático, libre, justo y transparente".

Si bien Chile actualmente no cuenta con un embajador en Caracas, el canciller Roberto Ampuero había adelantado en una entrevista a La Tercera, que de insistir en los comicios, Chile estudiaba dejar Caracas sin representación diplomática.

Otro de los que no perdió tiempo para generar más presión y expresar su descontento con la situación venezolana fue Estados Unidos, que desde muy temprano, a través de su Vicepresidente, Mike Pence, adelantó que el gobierno de Donald Trump tomaría más medidas contra Maduro. "La elección de Venezuela fue una farsa. Estados Unidos está en contra de la dictadura y con el pueblo de Venezuela pidiendo elecciones libres y justas. (El Presidente) ha tomado medidas enérgicas contra Venezuela y hay más por venir", apuntó Pence desde su cuenta de Twitter.

Minutos más tarde la Casa Blanca impuso nuevas sanciones comerciales contra el gobierno venezolano, a través de una orden que limita al Ejecutivo de Maduro la venta de deuda y activos públicos venezolanos en territorio estadounidense.

A través de un comunicado, el mismo Trump explicó que la últimas acciones, que se suman a otras ya impuestas sobre otros miembros de la cúpula chavista anteriormente, buscan evitar que el régimen de Maduro realice "ventas clandestinas" y aseguró que el dinero de esos activos pertenece al pueblo venezolano. "Pedimos al régimen de Maduro que restablezca la democracia, llame a elecciones libres y justas, libere a todos los presos políticos", agregó en el escrito.

Con esto, Trump incrementó las presiones sobre Maduro al limitar su capacidad de hacer frente a sus obligaciones en materia financiera, lo que a la vez complica a la economía venezolana, que desde 2013 inició un proceso de declive hacia una profunda crisis calificada como humanitaria.

"Llamado a la unidad"

Desde la vereda opositora, el Frente Amplio Venezuela Libre, coalición conformada por distintos sectores de la sociedad y los partidos de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), lanzaron un llamado a fortalecer la unidad y comprometerse en la lucha por la realización de elecciones limpias y justas en diciembre, como establece la Constitución.

Una aparición inusual fue la del líder opositor, Henrique Capriles, quien a través de una carta pidió la construcción de un "plan de gobernabilidad democrática" para hacer sentir al gobierno "que debe prepararse para dejar el poder".

Sin embargo, el gobierno de Maduro desestimó el rechazo nacional e internacional a su reelección, que en la práctica deja en una posición de mayor aislamiento a Venezuela.

"A nosotros no nos importa lo que opinen estos (países), ni siquiera son los pueblos, nosotros somos hermanos de los pueblos de esos países", dijo el jefe de campaña y ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez.

Pero la magnitud del repudio a lo vivido el domingo en Venezuela fue tal, que la temática se tomó parte de la agenda de los cancilleres del G20, en su encuentro en Buenos Aires.

Hasta la noche de este lunes, China, Rusia, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Irán y El Salvador se habían cuadrado con Maduro, pidiendo que se respeten los resultados ratificados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), que la oposición sostiene maneja el chavismo.