El Gobierno de Estados Unidos no tuvo constancia por adelantado del bombardeo lanzado este viernes por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) sobre un bastión del grupo chií Hezbolá en el sur de Beirut, la capital de Líbano, al igual que tampoco habría sido informado de la reciente oleada de explosiones en dispositivos de comunicación.
El consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, ha alegado en declaraciones a los periodistas que “no es raro” que las autoridades israelíes no adelantasen sus planes militares a Washington y ha evitado valorar el último ataque. Prefiere “que las FDI hablen de sus operaciones”, según CNN.
El “bombardeo selectivo” de este viernes, como lo ha descrito el Ejército israelí, habría tenido como objetivo a un alto cargo de Hezbolá, supuestamente Ibrahim Akil. Sin embargo, también han perdido la vida civiles y el Ministerio de Sanidad libanés ha informado de un balance provisional con ocho fallecidos y 59 heridos.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, advirtió esta semana durante una gira por la región del riesgo de una nueva escalada y pidió contención a todas las partes.