Ante el 46vo Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidos, el gobierno de Joe Biden oficializó sus intenciones de reintegrarse y ser parte de los 47 países que lo componen en enero de 2022.
Así lo informó el secretario de Estado, Anthony Blinken, durante su intervención. “Si somos electos, aprovecharemos la oportunidad de ser una voz líder en el Consejo para promover el respeto de los derechos humanos”, añadió.
En la instancia, el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, aseguró que Washington “está comprometido con un mundo en el que se protejan los derechos humanos, se celebre a sus defensores y se responsabilice a quienes cometen abusos contra los derechos humanos” y reiteró que la defensa y protección de éstos esta “en el centro de la política exterior” de la administración de Biden.
Blinken también destacó la importancia del Consejo de DD.HH. de la ONU como una organismo multilateral que se esfuerza y juega un rol crítico que exige el cumplimiento de los derechos humanos en el mundo.
Por otro lado, criticó algunos aspecto de la instancia como “un sesgo inaceptable contra Israel y las reglas de membresía que permiten que países con antecedentes atroces en materia de derechos humanos ocupen puestos que no merecen”.
El pasado 8 de febrero, Washington D.C había manifestado sus intenciones de “comprometerse de nuevo” con el Consejo de Derechos humanos de la ONU en “calidad de observador”.
“Reconocemos que el Consejo de Derechos Humanos es un organismo defectuoso, que necesita una reforma en su programa, membresía y enfoque, incluido su enfoque desproporcionado en Israel. Sin embargo, nuestra retirada en junio de 2018 no hizo nada para fomentar un cambio significativo, sino que creó un vacío de liderazgo estadounidense, que los países con agendas autoritarias han utilizado para su beneficio”, señala la declaración emitida por el Departamento de Estado.
Estados Unidos abandonó el consejo en junio de 2018, en medio de la polémica política migratoria de Tolerancia 0 que había sido aplicada por el exmandatario Donald Trump. La decisión fue anunciada por la entonces embajadora del EE.UU. ante la ONU, Nikki Haley, y el exsecretario de Estado, Mike Pompeo.
En esa oportunidad, Haley acusó al organismo de “hipocresía y centrada en sí misma que hace una burla de los derechos humanos”.
EE.UU. ya se había retirado del consejo durante la administración de George W. Bush -por tres años- y reingresó en 2009 durante el gobierno de Barack Obama.