Media hora antes de lo previsto, a las 18.00, y con ambiente de cierto optimismo tras el consenso alcanzado por los líderes mundiales en su declaración común al final del G20, Donald Trump y Xi Jinping se reunieron ayer para cenar en el Palacio Duhau de Buenos Aires y tratar los aspectos relativos a la "guerra comercial" que mantiene en vilo a la comunidad internacional. Y los resultados fueron positivos.
Estados Unidos y China acordaron que no habrá nuevos aranceles para sus productos a partir del 1 de enero, tras una "muy buena" reunión entre Trump y Xi en la que "aliviaron" su "guerra comercial". Los medios estatales China Daily y la Cadena Global de Televisión de China (CGTN) indicaron que ambos presidentes pactaron frenar la imposición de aranceles "después del 1 de enero", fecha en que Washington tenía previsto establecer más tasas por US$ 200.000 millones. También dijeron que continuarán las tratativas.
La Casa Blanca informó después que Trump acordó que "el 1 de enero de 2019 dejará los aranceles de US$ 200.000 millones en productos a una tasa del 10% y no los elevará al 25% en este momento". China además aceptó aumentar las importaciones para bajar el déficit comercial.
"Desde la última reunión, ha habido muchos cambios nuevos en la situación mundial. Como dos grandes países, China y Estados Unidos tienen importantes influencias y comparten importantes responsabilidades en la promoción de la paz y la prosperidad mundiales", señaló Xi en la cena, según reportó la prensa oficial china. "La cooperación es la mejor opción para ambas partes. Me gustaría aprovechar la oportunidad de esta noche para intercambiar puntos de vista con el Presidente sobre temas de interés común y planificar para la próxima fase de las relaciones chino-estadounidenses", agregó el Mandatario chino.
"Esta fue una reunión asombrosa y productiva con posibilidades ilimitadas tanto para Estados Unidos como para China. Es un gran honor trabajar con el Presidente Xi", dijo Trump, quien tildó la reunión de "altamente exitosa". La misma opinión había manifestado poco antes Larry Kudlow, el principal asesor económico de la Casa Blanca, quien al finalizar la cena entre los mandatarios aseguró que la reunión entre ambos gobernantes "transcurrió muy bien".
Fue el mismo Trump quien en un breve diálogo con la prensa durante su saludo al Mandatario chino dio señales positivas: "Vamos a discutir sobre comercio. Nuestra relación es muy especial y creo que esa es una razón por la que acabaremos consiguiendo algo que será bueno para China y bueno para Estados Unidos", afirmó.
Xi destacó su "amistad personal" con el Presidente estadounidense y le pidió colaborar con él para garantizar la salud de la economía global. A Trump lo acompañaron los secretarios de Estado, Mike Pompeo, y del Tesoro, Steven Mnuchin; el representante de Comercio Exterior, Robert Lighthizer; el yerno del Presidente, Jared Kushner; su asesor de seguridad nacional, John Bolton; y sus asesores comercial y económico, Peter Navarro y Larry Kudlow, respectivamente.
En la delegación china estaban el jefe de gabinete de Xi, Ding Xuexiang; el viceprimer ministro de Finanzas chino, Liu He; el consejero de Estado, Yang Jiechi; el ministro de Exteriores, Wang Yi; el titular de Comercio, Zhong Shan; y el presidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, He Lifeng, entre otros.
La cena entre Trump y Xi Jinping duró aproximadamente dos horas y media, más de lo esperado, y fue coronada con aplausos. Así lo manifestaron algunos presentes a periodistas estadounidenses presentes en el lugar, que especularon con que acaso fuera una señal de que la "guerra comercial" entre ambos países ingresaba en una tregua.b